Los pasajeros que lleguen a Wuhan desde el extranjero deberán presentar un test negativo del COVID-19 de menos de 72 horas. Además, deberán portar obligatoriamente mascarillas.
El primer vuelo internacional desde que estalló la crisis del COVID-19 en enero llegó el jueves a la ciudad china de Wuhan, el epicentro de la pandemia mundial.
China redujo drásticamente a finales de marzo los enlaces aéreos con el resto del mundo para limitar la llegada de viajeros que podrían provocar un rebrote de la epidemia en su territorio.
Desde entonces, el gobierno consiguió atajar la propagación del virus con medidas de confinamiento, cuarentena, control y seguimiento de contagios, así como el uso extendido de las mascarillas. Sus recuentos oficiales solo indican un puñado de nuevos casos diarios.
Un avión de la aerolínea surcoreana de bajo costo T'way aterrizó el miércoles en el aeropuerto internacional Tianhe de Wuhan, con 60 pasajeros a bordo, indicó la televisión pública CCTV.
La cadena televisiva difundió imágenes de viajeros con mascarillas, así como policías equipados con trajes de protección integral, controlando pasaportes.
Cerca de 3 900 personas han muerto oficialmente por COVID-19 en Wuhan, es decir más del 80% de los 4 634 muertos contabilizados por China en su territorio.
La ciudad estuvo sometida a una estricta cuarentena durante más de dos meses a partir del 23 de enero. La población de la ciudad, 11 millones de habitantes, fue sometida luego a tests de contagio.
Los pasajeros que lleguen a Wuhan desde el extranjero deberán presentar un test negativo del COVID-19 de menos de 72 horas, indicó a la cadena CCTV Li Yizhuo, director de la Oficina municipal de la aviación civil.
AFP
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