Las denuncias de discriminación laboral contra quienes han sufrido la COVID-19 han causado gran polémica en China.
Dos años y medio después de que estallase la pandemia, los trabajadores chinos que han pasado la COVID-19 se enfrentan todavía a discriminación a la hora de encontrar un empleo, sobre todo a raíz del reciente brote de Shanghái, el de mayor escala hasta la fecha en el país asiático.
"Si has dado alguna vez positivo por coronavirus o has trabajado en un hospital provisional, no vengas", rezan varias ofertas de trabajo en medios de Shanghái (este), en referencia a los hospitales construidos a contrarreloj por las autoridades locales el pasado abril para aislar a los miles de contagiados que registraba la megalópolis en aquellas fechas.
Estos requisitos aparecen también en anuncios de puestos de trabajo temporales para grandes empresas como la estadounidense Disney y el parque que gestiona en Shanghái, lo que ha desatado la polémica en las redes sociales chinas.
Disney publicó el martes un comunicado en el que se defendía de las acusaciones de lo que algunos comentaristas en la red social Weibo calificaban de "pura discriminación" dirigida contra los contagiados y contra aquellos que trabajaron en los hospitales, convertidos en "carne de cañón de usar y tirar" según un usuario.
"El parque de Disney brinda igualdad de oportunidades de empleo a todos los candidatos", aseguraba un comunicado de la empresa que achacaba las ofertas de trabajo discriminatorias a una agencia de contratación "no autorizada" por la multinacional.
Requisitos laborales
Algunas publicaciones económicas chinas han hallado ofertas con exigencias similares para trabajar en fábricas de la electrónica japonesa Omron o del mayor ensamblador mundial de iPhone, la empresa taiwanesa Foxconn, que también negó este miércoles las acusaciones ante medios locales.
Durante llamadas que fingían ser de un trabajador interesado con historial de infección y con experiencia de trabajo en los hospitales provisionales, distintas agencias del área de Shanghái rechazaron a Efe de forma más o menos explícita: "No se puede, no se puede", espetó una de ellas.
Otra empresa de trabajo temporal explicó al supuesto aspirante que necesitaba presentar su historial de todas las pruebas PCR realizadas desde marzo, cuando comenzó el brote en Shanghái y fecha a partir de la cual la población de la ciudad se sometió a campañas masivas de pruebas PCR casi diarias.
La situación se complica todavía más para este colectivo dado que "la mayoría de fábricas de Shanghái delegan la contratación de trabajadores en agencias intermediarias", indicó una de las responsables de recursos humanos con las que contactó Efe.
En el país asiático empezaron a darse casos de discriminación laboral hacia los contagiados por la COVID-19 pocos meses después del comienzo de la pandemia a finales de 2019 en Wuhan, donde algunos trabajadores ya curados sufrieron recortes de sueldo o despidos.
Según la legislación china, estas prácticas son ilegales: la Ley para la Prevención y Control de Enfermedades Contagiosas establece que ninguna empresa o individuo podrá "discriminar a personas con enfermedades infecciosas o sospechosas de ello" y la Ley de Promoción del Empleo estipula que una compañía no puede "negarse a contratar a un trabajador por tener una enfermedad contagiosa".
Según las cuentas oficiales de China, con una población de más de 1 400 millones de habitantes, desde el inicio de la pandemia unas 226 000 personas se contagiaron de la COVID-19 en el país, entre las que aproximadamente 220 000 han logrado sanar y 5 226 fallecieron, aunque la cifra total de infectados excluye a los asintomáticos. (EFE)
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