320 millones de euros dio la fundación de Amancio Ortega, el sexto hombre más rico del mundo, al sector de salud en España. La donación, sin embargo, ha sido rechazada por sectores políticos.
La millonaria donación por parte del hombre más rico de España de equipos de diagnóstico y tratamiento contra el cáncer ha protagonizado una fuerte polémica, avivada por la intensa campaña para las elecciones municipales, regionales y europeas de este domingo.
En 2017 la fundación de Amancio Ortega, el hombre más rico de España y el sexto del mundo, donó 310 millones de euros a la sanidad pública española para modernizar sus equipos oncológicos, un plan a seis años que está en proceso de implementación.
Pero en plena campaña electoral para los comicios municipales, regionales y europeos de este domingo, el líder de la formación de izquierdas Unidas Podemos, Pablo Iglesias, aseguró que "una democracia digna no acepta limosnas de multimillonarios".
"No se puede consentir que la salud de nuestros hijos o de nuestros padres dependan de las limosnas de un multimillonario", dijo en referencia a las donaciones del dueño del grupo textil español Inditex, el mayor del mundo.
"La sanidad pública no puede aceptar donaciones de Amancio Ortega", recalcó Iglesias, para quien España necesita que los ricos paguen impuestos que luego se traduzcan en hospitales en lugar de las donaciones.
¿Donación o evasión fiscal encubierta?
En aquel acto electoral, el líder de Podemos acusó al multimillonario español de realizar donaciones para ocultar una supuesta "evasión fiscal", una postura que comparte la Federación de Asociaciones para la Defensa de la Sanidad Pública (FADSP).
"Necesitamos que las personas, las empresas poderosas que tenemos en este país paguen sus impuestos y los paguen aquí, y con ese dinero la administración sanitaria asignará los recursos", señaló a Efe el doctor Manuel Martín, presidente de FADSP.
Según Martín, este tipo de grupos económicos son expertos en manejar las técnicas para la "elusión fiscal", porque con ellas "se ahorran mucho dinero y no pagan los impuestos como todo el mundo".
"Nuestro sistema sanitario es de naturaleza redistributiva y este tipo de donaciones son finalistas, es decir, que los filántropos deciden dónde invertir sus aportaciones, lo que supone un principio de desigualdad", explicó.
"No está la cosa tan clara en cuanto a la filantropía de este tipo de personajes como Bill Gates o George Soros, que han hecho enormes capitales a base de estrategias empresariales muy potentes y luego quieren dulcificar su imagen social", insiste el doctor Martín.
Los beneficios de las donaciones
Los 320 millones de euros donados por la Fundación Amancio Ortega han supuesto la compra de más de 400 dispositivos de última generación para luchar contra el cáncer en los hospitales públicos de todas las comunidades autónomas españolas.
Se trata, entre otros, de aceleradores lineales de última generación que permiten tratamientos de radioterapia contra el cáncer mucho más precisos y cortos.
"Lo innovador es que además de tener una imagen morfológica también tendremos una imagen funcional, es decir que nos dará información biológica de cómo se está comportando el tumor durante la radioterapia, algo que no habíamos tenido nunca", explica a Efe la doctora Rosa Morera, jefa del servicio de Oncología Radioterápica del hospital madrileño de la Paz.
Eso supone, según Morera, el poder irradiar menos tejido sano del que rodea el tumor y hacer "un diseño personalizado de su biología, lo que es clave".
Los antiguos equipos con los que cuentan la mayoría de los hospitales españoles tienen una vida media de 10 a 15 años, "y cuando uno se queda viejo se trata de sacar dinero de donde sea", señala esta especialista, que denuncia que no hay una previsión de renovación tecnológica en la sanidad pública española.
Con información de EFE.
Comparte esta noticia