El proceso por el que pasó Leo, cuyo anterior nombre era Ane, fue angustioso pero desde que le pusieron la inyección que bloquea su desarrollo se sintió "feliz".
Leo, un niño de once años nacido en el País Vasco, está recibiendo un tratamiento inhibidor de la pubertad para que su cuerpo atienda a la identidad masculina que siempre sintió, a pesar de tener genitales femeninos.
El proceso por el que pasó Leo, cuyo anterior nombre era Ane, fue doloroso y atravesó fases de "angustia", pero desde que el pasado 29 de octubre le pusieron la primera inyección que bloquea su desarrollo se sintió "feliz", relató a la agencia Efe su madre, Mónica Zamora.
Las inyecciones forman parte de una medicación inhibidora que se utiliza para objetivos diversos como evitar una pubertad demasiado temprana que impida el crecimiento, por ejemplo, pero ésta es la primera vez que en el País Vasco se aplica a un menor transexual, señala Zamora.
El tratamiento será un pinchazo cada veintiocho días pautado desde el servicio de Endocrinología de un hospital de Bilbao, pero la decisión es reversible ya que podría interrumpir el proceso.
"Siempre ha sido un chico"
Sin embargo Mónica Zamora está convencida de que la decisión de su hijo es firme porque "siempre ha sido un chico", aunque naciera con genitales femeninos.
Por ello la madre decidió hacer público el proceso para que la sociedad compruebe que "es una persona totalmente normal" como cualquiera de sus compañeros.
Por el momento, Zamora no contempla iniciar un proceso de cambio de identidad en el Registro Civil como el que realizaron los padres de una niña de cuatro años de la vecina provincia de Guipúzcoa, que cambió el nombre de Luken por Lucía, ya que en el documento de identidad no consta la modificación de género y supone un trámite burocrático complicado. EFE
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