La derrota en las elecciones presidenciales y en las legislativas ha preocupado al partido, que ahora necesita a alguien capaz de renovar su imagen.
El pasado 8 de noviembre, el Partido Demócrata no solo perdió la presidencia de Estados Unidos, sino también muchas legislaturas estatales y el control del Senado, por ello, los demócratas escogerán este jueves a su próximo líder, teniendo en cuenta que necesitan a alguien que les permita diseñar una estrategia firme de cara a los próximos años.
El favorito. Hasta el momento, el nombre que suena con más fuerza es el congresista musulmán y negro Keith Ellison, considerado uno de los rostros más progresistas del partido, y que ha recibido el apoyo de Bernie Sanders, del líder de la minoría demócrata en la Cámara Alta, Harry Reid, y de la influyente senadora Elizabeth Warren.
Más opciones. Hay otros miembros del partido que también tienen opciones. Uno de ellos es Ray Buckley, vicepresidente actual del Comité Nacional Demócrata (DNC), quien reveló la semana pasada que ha recibido peticiones de sus correligionarios para presentarse a las elecciones internas del partido, aunque sería visto como una opción continuista. Howard Dean, quien fuera el último presidente del partido a tiempo completo, también ha manifestado su intención de presentarse de nuevo al cargo, respaldado por la victoria demócrata en las legislativas de 2006 y en las presidenciales de 2008, cuando aún dirigía el DNC.
Otra opción es la del exgobernador de Maryland y exaspirante a la nominación presidencial Martin O'Malley, quien el viernes dijo estar evaluando seriamente su candidatura. O'Malley es considerado una opción bastante equilibrada para el partido, ya que podría acercarse a la clase obrera blanca, que se ha alejado de los demócratas, y también a las minorías, con las que ha desarrollado una estrecha relación. El último de la lista, aunque con menos opciones, es el actual secretario de Trabajo, Thomas Pérez, progresista, hispano y con vínculos con el presidente Barack Obama.
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