Kamala Harris eligió la Universidad de Howard, su casa de estudios, para dar su primer discurso tras su derrota en las elecciones presidenciales de EE.UU. Un equipo de RPP llegó al lugar y recopiló en el siguiente informe, con las reacciones de los militantes de la demócrata.
Y el techo de cristal no se rompió, aunque los más pesimistas dirán que ni si quiera tembló. El republicano Donald Trump superó, de lejos, los 270 votos que necesitaba en el Colegio Electoral para convertirse en el presidente número 47 de Estados Unidos.
El lunes por la tarde, reapareció la vicepresidenta estadounidense, Kamala Harris, en la Universidad de Howard, en Washington, y tuvo que hacer lo que tocaba: reconocer los resultados ante cientos de jóvenes que llegaron a la que fue su alma mater.
Antes del arribo de Harris, una mujer se abrió pasó entre decenas de periodistas del mundo con un cartel que decía: “Estados Unidos me rompió el corazón”. “Hoy es un día muy triste, hoy comienza una etapa muy oscura para este país, lo vamos a lamentar”, dijo la seguidora de la vicepresidenta.
No fue coincidencia que Kamala Harris haya elegido la Universidad de Howard para, primero, intentar celebrar su triunfo y, tras los resultados, aceptar la derrota: Howard es conocida como el templo del saber afroamericano, por su población universitaria negra, grupo con el que interactuó frecuentemente la excandidata durante sus 100 días de campaña.
Al tratarse de la segunda persona más poderosa de los Estados Unidos y tras los atentados de muerte contra Donald Trump; la estrategia de seguridad que se montó fuera de la casa de estudios incluyó cierre de calles con pesados tráileres, sistema de enrejado en todo el perímetro del campus, francotiradores, policías y agentes del Servicio Secreto, que brindan resguardo en la Casa Blanca, así como la implementación de arcos de seguridad e inspección individual aleatoria.
A las 4:20 p.m., Kamala Harris reconoció su derrota ante el republicano Donald Trump: “El resultado no es el que queríamos, pero debemos aceptarlo”.
“Estoy aquí para decir que, aunque acepto la derrota, no renuncio a la lucha que impulsó esta campaña”, agregó Harris, en un discurso que duró poco más de diez minutos. Las frases provocaron el llanto demócrata.
“Ha sido un mensaje para que las personas curen, dijo lo que tenía que decir para que asimilemos la situación”, declaró a RPP una estudiante de Howard, que acababa de comprar un polo blanco con los nombres de la dupla Harris-Walz (Tim Walz fue el candidato demócrata a la vicepresidencia de Estados Unidos).
Y al caer la noche, en la calle Howard, uno de los últimos en salir de la universidad fue Francisco Álvarez, un mexicano que partió de Jalisco a los 12 años, con destino a Florida junto con su familia.
El joven llevaba un cartel de fondo verde, con frases de agradecimiento a la vicepresidenta demócrata. “No es una derrota, es una transición cívica del poder, pero siento que es el final de una etapa de los derechos civiles de Estados Unidos, pasado mañana no sé qué esperar, pero sí creo que inicia una ola fascista en los Estados Unidos”, advirtió.
Después de las siete de la noche, hora de Washington, periodistas de todos los continentes retiraron sus cámaras, trípodes, mochilas de transmisión, del frontis de la sede universitaria para iniciar el regreso a sus países.
Así culminó la campaña por el poder en el país más poderoso del mundo, más de cien días de ataques republicanos y demócratas, cuyos resultados no dejaron dudas. No hubo cifras apretadas ni la mínima diferencia anunciada por las encuestadoras locales. Estados Unidos eligió a Donald Trump por segunda vez.
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