El oleoducto Dakota Access movilizó a la tribu sioux de Dakota del Norte porque la obra afectaba su reserva.
El presidente de EE.UU., Donald Trump, firmó dos órdenes para relanzar la construcción de dos grandes proyectos de oleoducto que su predecesor, Barack Obama, había paralizado. La medida ha ocasionado la preocupación de grupos ecologistas.
Trump dio luz verde a la continuación de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access. El presidente ha advertido que "renegociará" una serie de "términos y condiciones" de la obra. "Veremos si podemos construir ese oleoducto (Keystone). (Creará) muchos trabajos, 28.000 trabajos. Muy buenos trabajos en el sector de la construcción", dijo Trump a la prensa en el Despacho Oval.
Keystone XL. Este oleoducto fue prohibido por Obama en 2015 tras una larga revisión sobre su impacto medioambiental. El proyecto pretende transportar unos 830.000 barriles diarios de petróleo procedente de la provincia canadiense de Alberta a diferentes lugares de EE.UU., incluidas refinerías de Texas.
La medida firmada por Trump "invita" a la empresa encargada de Keystone XL, la canadiense Transcanada, a solicitar un permiso para completar la construcción del oleoducto. También promete tomar una decisión sobre ello en un plazo de 60 días tras recibir la petición.
Dakota Access. El Gobierno de Obama también suspendió en diciembre la construcción de Dakota Access. El proyecto de 3.800 millones de dólares llevaría medio millón de barriles de petróleo al día desde los yacimientos de Dakota del Norte a una infraestructura ya existente en Illinois.
Trump pidió al secretario del Ejército que "revise y apruebe" las peticiones de la empresa Energy Transfer Partners, que ya ha construido el 90 % del recorrido de 1.770 kilómetros del oleoducto. Solo falta completar el tramo final, que pasa por debajo del Lago Oahe, en Dakota del Norte.
Buscan defender su rio. La tribu indígena Standing Rock Sioux lleva meses protestando contra el proyecto en Dakota del Norte con el apoyo de activistas medioambientales y políticos progresistas. El grupo denunció que el oleoducto echará a perder tierras que consideran sagradas y contaminará el río Misuri, del que depende su modo de vida.
A la tribu indígena le queda la opción de volver a los tribunales para tratar de bloquear el proyecto, y la esperanza de que alguna acción legislativa pueda entorpecer el proceso de construcción. Grupos ecologistas como Greenpeace y Sierra Club condenaron también la decisión de Trump y prometieron que seguirán luchando para evitar que se construyan esos dos oleoductos.
Aplauden la medida. La industria del petróleo y muchos líderes republicanos en el Congreso aplaudieron las medidas. El presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan consideró que "potenciarán la economía y crearán miles de empleos bien pagados".
"Estos oleoductos fortalecerán el suministro energético de nuestro país y ayudarán a mantener bajos los costes energéticos para las familias estadounidenses", dijo Ryan en un comunicado. (Con información de EFE).
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