Trump ha logrado deshacer el legado de ocho años del Gobierno de Barack Obama y ha replanteado totalmente la política exterior norteamericana.
Estados Unidos ha vivido un 2017 difícil con el primer años de Donald Trump en la presidencia. Desde que llegó a la Casa Blanca, ha logrado deshacer el legado de ocho años del gobierno de Barack Obama y ha replanteado la política exterior norteamericana como ningún antecesor lo ha hecho nunca.
Trump sostiene que económicamente EE.UU. es más fuerte solo. Eso lo ha motivado a salirse de importantes pactos como el Tratado Comercial del Pacífico y el Tratado de Libre Comercio de América del Norte.
“Competiremos en una base justa y equitativa, ya no vamos dejar que se tome ventaja de Estados Unidos. Siempre pondré estados unidos primero de la misma forma que espero que todos en esta sala pongan sus países primero”, dijo.
El mandatario ha amenazado con imponer aranceles a productos de China y Japón, dos gigantes de la económica mundial. Además se mostró muy duro con los empresarios norteamericanos que abren fábricas en otros países.
Relación internacional
En su gira por Europa, Trump fustigó a las Naciones Unidas por no reformarse y no teme amenazar a sus enemigos con la guerra. A Corea del Norte, le dijo que no dudaría en destruir totalmente si continuaba con su programa balístico nuclear. “Estados Unidos tiene gran paciencia y poder, pero si es forzada a defenderse y defender a sus aliados, no tendremos otra opción que destruirte totalmente Corea del Norte”.
“Hombre cohete” o “cachorro enfermo”, así nombra al dictador norcoreano Kim Jong-un, su enemigo acérrimo. El mandatario no tiene filtros diplomáticos cuando utiliza sus redes sociales.
En Medio Oriente, se anuló el acurdo nuclear con Irán a quien se le acusa de querer fabricar armamento atómico. No solo eso, sino que encendió la ira del mundo musulmán al reconocer Jerusalén como capital de Israel.
Si bien difieren en varios temas de la política internacional y sus países pasan por una severa crisis diplomática, entre Trump y el presidente ruso Vladimir Putin comparten cierta admiración. Y es esa relación aparentemente surgida antes de la llegada a Casa Blanca la que le ha causado problemas. Los servicios de inteligencia investigan si hubo injerencia rusa en la elecciones 2016.
Comparte esta noticia