Entre los temores a un triunfo de Trump destacan una guerra comercial con China; aumento de impuestos a los ricos; interferencia de la Reserva Federal sobre la política monetaria.
A primera vista, Donald Trump es todo lo que le gusta a Wall Street: un millonario cuyo imperio inmobiliario ha aportado grandes negocios a los bancos y cuyas torres de lujo albergan a ricos y famosos, pero existe una larga lista de temores entre los inversionistas.
Pero su sorpresivo éxito en la lucha para ganar la nominación republicana para la presidencia de Estados Unidos ha enfriado los corazones del capitalismo estadounidense.
La lista de temores es larga: un presidente Trump podría lanzar una guerra comercial con China, podría aumentar los impuestos a los ricos, podría interferir con la Reserva Federal sobre la política monetaria y las relaciones de la Casa Blanca con el Congreso podrían romperse por completo.
"Él asusta a los mercados. El es una gran incertidumbre", dijo Greg Valliere, estratega jefe de Horizon Investments. "Al mercado no le gusta la incertidumbre".
Las empresas están desconcertadas por los comentarios improvisados que hace Trump sobre asuntos cruciales de negocios y económicos casi diariamente desde que lanzó su campaña electoral el año pasado.
Por un lado, ha denunciado los altos salarios de los jefes ejecutivos, la codicia de los banqueros y las ventajas tributarias de los ricos administradores de fondos de Wall Street.
Trump ha amenazado a la enorme cantidad de inmigrantes indocumentados, que permiten que las empresas estadounidenses cuenten con una gran oferta de trabajadores con bajos salarios.
Él ataca a China y Japón por manipular sus monedas para ventajas comerciales y amenaza con iniciar una guerra comercial con China. Al mismo tiempo, ha declarado su oposición a dos importantes acuerdos de libre comercio que abarcan a los océanos Pacífico y Atlántico.
Incluso ha atacado a titanes de las empresas estadounidenses, como Ford y Apple, porque ellas fabrican fuera del país así como adentro.
Pero por el otro lado, Trump corteja a los líderes de la industria estadounidense con promesas de recortes de impuestos a sus negocios. También elogia las habilidades de su colega magnate Carl Icahn, uno de los inversores activistas más exitosos de Wall Street, quien se destaca por ser uno de los pocos partidarios de Trump con voz sobre Wall Street.
"Plataforma surtida"
"Él no encaja en ningún molde económico particular, él no es un conservador tradicional como Ronald Reagan," dijo Mark Perry del American Enterprise Institute, un centro de análisis conservador.
"Su plataforma realmente es una clase de bolsa surtida con mezclas políticas populistas y aislacionistas que, él sabe, apelan a un montón de gente mal informada", indicó.
El excandidato presidencial Mitt Romney, quien dirigió la prominente firma de inversiones Bain Capital antes de entrar en política, dio voz el jueves a las preocupaciones de la comunidad financiera, advirtiendo que bajo Trump "el país se hundiría en una prolongada recesión".
"El no es un genio de los negocios", afirmó.
Perry destaca una de sus más obvias "hipocrecías", el tener su propia marca de ropa de hombre Donald J. Trump manufacturada en China, mientras él fustiga a ese país por el trabajo con bajos salarios.
Chris Low, economista jefe de FTN Financial, dijo que algunos de sus clientes aprecian la postura de Trump sobre recortes de impuestos a las empresas. Pero ellos también temen que pueda desatar una guerra comercial con China que podría afectar a las compañías estadounidenses.
"Vivimos en una economía conectada globalmente", recordó Low.
Hasta ahora, sin embargo, los mercados no han reaccionado a la sólida ventaja de Trump en la contienda republicana hacia la Casa Blanca. Gerentes de fondos están inciertos sobre sus posibilidades frente a la posible candidata republicana, la exsecretaria de Estado Hillary Clinton, dijo Low.
"El éxito de Trump para avanzar probablemente traiga más volatilidad", predijo David Lafferty, de Natixis Global Asset Management.
Emtre los banqueros, el sentimiento es principalmente anti-Trump. El jefe de Goldman Sachs, Lloyd Blankfein, destacó en septiembre que el presidente de Estados Unidos tiene la facultad de usar las armas nucleares. "La imagen del señor con su dedo sobre el botón me vuela la cabeza", dijo.
Pero muchos banqueros contactados por la AFP no declararon abiertamente sus temores sobre Trump, temerosos de posibles represalias.
"Él está loco, el tiene políticas locas", dijo un prominente banquero.
"El no sabe como dirigir un negocio", expresó otro. ¿Cómo puede dirigir un país?"
Aunque ha enfrentado cuatro quiebras de empresas, Trump ha amasado una fortuna en el negocio inmobiliario estimada en 4.500 millones de dólares.
"A veces olvidamos que a pesar de todas las cosas que hace -hablar, el pelo, los programas de televisión-- él sabe como construir, y sabe cómo hacer eso en una manera extraordinariamente eficiente y económica", dijo Gwenda Blair, autora del libro "The Trumps," sobre el magnate y su familia.
Cualquiera que sea su sentimiento, Wall Street no tiene una clara alternativa, con las encuestas mostrando a los rivales republicanos de Trump, los senadores Ted Cruz y Marco Rubio, demasiado débiles como para ganar las primarias.
Algunos en la comunidad financiera tradicionalmente fuertemente republicana están preparados para dar su apoyo a la demócrata Hillary Clinton en las elecciones de noviembre si la otra opción es Trump.
"El mercado está nervioso con él, dijo Valliere.
Clinton es "el demonio que uno conoce", agregó. "El mercado puede vivir con ella".
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