El Gobierno británico analiza la introducción de un sistema de vigilancia que incluye un software de reconocimiento facial y las coordenadas GPS para controlar que se está cumpliendo cuarentena.
El Reino Unido impone desde este lunes nuevas normativas a fin de contener la pandemia, como disponer de un resultado negativo en una prueba de covid-19 y la obligación de guardar una cuarentena de diez días a la llegada al país, que pueden reducirse a cinco si se vuelve a dar negativo en un test privado.
Ante al surgimiento de nuevas variantes -presumiblemente más contagiosas- del coronavirus, el Gobierno británico ha suspendido desde las 4.00 GMT de la madrugada los llamados "corredores aéreos" seguros que había establecido el pasado verano.
De esta manera, todos los viajeros internacionales que llegan a partir de hoy a este país deben haber dado negativo en un test de COVID-19, realizado en un plazo de 72 horas antes del viaje, y cumplir además con la cuarentena de diez días, o cinco para quienes accedan a pagarse una prueba privada.
Los corredores seguros de viaje, establecidos durante el verano de 2020, supusieron un balón de oxígeno para la industria de la aviación, que había quedado muy dañada por la pandemia.
Karen Dee, consejera delegada de la Asociación de Operadores de Aeropuertos, dijo hoy en declaraciones a la emisora BBC Radio 4 que respalda la clausura de esos corredores pero subrayó la necesidad de que el Ejecutivo establezca "un camino de salida claro" de esta situación.
"Hemos tenido el peor año de toda la historia de nuestra industria, así que cuanto antes podamos hacer que volar sea seguro, mejor", comentó.
Por su parte, el consejero delegado de la aerolínea británica EasyJet, Johan Lundgren, consideró hoy, en una entrevista con la misma emisora, que el cierre de los corredores no tendrá "un impacto significativo" en esa compañía "en el corto plazo" puesto que el número de vuelos ya está limitado por la pandemia.
El Ejecutivo estudia además planes para endurecer las condiciones de entrada al Reino Unido, según indicaron este fin de semana medios británicos, como obligar a que el aislamiento se haga en un hotel designado por las autoridades.
El Gobierno analiza asimismo la introducción de un sistema de vigilancia parecido al de Polonia, en el que las personas en cuarentena son contactadas una vez al día para que envíen una fotografía de sí mismos en el lugar donde han decidido aislarse.
Un software de reconocimiento facial y las coordenadas GPS en las que fue tomada la imagen permiten a las autoridades controlar que se están cumpliendo las condiciones de la cuarentena.
EFE
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