Los bajos niveles de agua en el río Elba han hecho reaparecer las llamadas ‘piedras del hambre’. En siglos pasados, las piedras servían para avisar a los lugareños que se aproximaban tiempos difíciles.
El río Elba, que cruza República Checa y Alemania, es una fuente de irrigación para la agricultura importante en ambos países. Sin embargo, en las últimas semanas han reaparecido en su caudal las denominadas ‘Piedras del Hambre’ con inscripciones que dan cuenta de la fuerte sequia que golpea Europa.
Pese a ser uno de los monumentos hidrológicos más antiguos de Europa Central, su aparición provoca preocupación para los agricultores. A lo largo de los años, las piedras han advertido que malos tiempos se acercaban.
En República Checa, a lo largo del río Elba, se pueden observar más de 12 de estas piedras. Algunos de los mensajes grabados en las piedras son: "Cuando me veas, llora", "Antes lloramos. Ahora lloramos. Tú también llorarás", "Los que una vez me vieron, lloraron. Los que me vean ahora también llorarán".
En Alemania, una de las inscripciones en el Elba dice: "Si vuelves a ver esta piedra, llorarás. Así de baja estuvo el agua en 1417".
El Elba atraviesa las regiones checas de Hradec Králové, Bohemia Central, Pardubice y Ústí nad Labem. Después los estados federados alemanes de Sajonia, Sajonia-Anhalt, Baja Sajonia y Schleswig Holstein, así como la ciudad-estado de Hamburgo.
La sequía y la ola de calor ya han ocasionado sus primeros efectos en la economía: la elevación del precio del trigo y los demás cereales en los mercados mundiales de las materias primas agrícolas. En Alemania, la primera organización de productores, DBV, corrigió a la baja sus previsiones de cosechas. En lugar de 41 millones de toneladas de cereales esperadas, Alemania sólo prevé obtener 36.
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