La Policía de Bolivia ha puesto en marcha acciones para buscar en las fronteras de Perú y Argentina al niño que se creía sacrificado y enterrado vivo durante un ritual en un mina.
Bolivia activó la búsqueda internacional de un niño desaparecido hace dos meses en un centro minero, tras descartar que hubiese sido sacrificado en un ritual y sepultado vivo como tributo a una deidad de los socavones, informó este jueves una alta fuente policial.
La policía ha puesto en marcha "una notificación azul que sirve para la búsqueda de personas desaparecidas" en las fronteras con Argentina y Perú, dijo el coronel Nelson Mejía, director nacional de la Fuerza Especial de Lucha contra el Crimen (FELCC).
Unos 40 policías, asistidos por fiscales, peritos y perros entrenados, buscaron durante cuatro días al niño Jhoel, de 8 años de edad, en una zona minera de La Paz, donde según sus padres el menor fue enterrado vivo como ofrenda. La versión fue apoyada por testimonio de lugareños.
Tras una intensa búsqueda, la policía descartó el supuesto sacrificio, pero el niño sigue desaparecido.
Descartan sacrificio
"Estamos en condiciones de aseverar de manera técnica que en esa mina no ha existido sacrificio de un ser humano, porque no existe restos biológicos que hubieran sido encontrados", sostuvo el coronel Johnny Aguilera, jefe regional de La Paz de la FELCC.
La búsqueda se ha extendido "a nivel internacional a través de Interpol", señaló el coronel Mejía.
Aunque los sacrificios humanos no son frecuentes, los mineros hacen ofrendas de animales al "Tío", una deidad demoníaca que, según la creencia, habita las profundidades de los socavones.
Este ídolo de metal instalado en lo profundo de la mina, recibe ofrendas en coca, tabaco, licor y serpentinas multicolores, además de sangre de animales, en una práctica extendida en el laboreo minero.
Información de AFP
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