Mientras las fuerzas políticas reaccionaron ante el fallo que acerca a la cárcel al hombre que lidera las encuestas presidenciales, el real alcanzó su mayor valor en los últimos meses.
Brasil se enfrenta a la posibilidad, cava vez más concreta, de que Lula da Silva vaya a prisión luego de que la Corte Suprema le negó un recurso judicial para que apele la sentencia en su contra en libertad. El expresidente, en su momento aclamado internacionalmente por sacar a millones de la pobreza, pretendía conservar su libertad hasta agotar los cuatro grados del sistema jurídico brasileño, pero con un resultado de 6 a 5, el Supremo Tribunal Federal rechazó su habeas corpus.
Sus abogados aseguraron este jueves que el fallo fue una violación a "la dignidad" y "otras garantías fundamentales" de Lula y prometieron elevar el caso a instancias superiores. "Tenemos la firme expectativa que esta condena será revertida", dijeron Cristiano Zanin Martins y Valeska Teixeira Martins.
Condenado a 12 años y un mes de cárcel por haber recibido un apartamento de lujo de una constructora que buscaba obtener contratos en Petrobras, el expresidente podría ser detenido a partir de la próxima semana, una vez que agote sus últimos recursos legales formales. Este jueves, los partidos políticos y los mercados comenzaron a sentir el impacto y reaccionar ante la inminente detención del hombre que gobernó Brasil entre 2003 y 2010.
Efectos económicos
Los mercados celebraron sin euforia el golpe asestado a Lula, quien tiene entre 36% y 38% de intención de voto, prácticamente el doble del segundo colocado, el diputado ultraderechista Jair Bolsonaro, según una encuesta Datafolha de fines de enero. El índice Ibovespa subía 1,50% a fines de la mañana y el real se negociaba a 3,31 unidades por dólar, frente a 3,34 la víspera, su mayor valor en diez meses.
"La principal cuestión es saber lo que el fallo [del STF] significa para las elecciones. No está claro a dónde irán los votos de Lula. Pero vale la pena apuntar que Lula tendrá probablemente más dificultades en transferir sus votos a un candidato de izquierda desde la cárcel que si estuviera en actos de campaña", escribió la consultora Capital Economics en una nota de análisis. "Pero lo más importante es que incluso con Lula fuera de la carrera, los candidatos promercado aún están a la zaga en las encuestas".
Factor electoral
La nueva candidatura de Lula la presidencia de Brasil, que el Partido de los Trabajadores (PT) ha dicho que defenderá "hasta las últimas consecuencias", solo debería ser invalidada a partir de agosto por la justicia electoral, que impide participar en comicios a personas condenadas en segunda instancia. Eso podría permitir que Lula, paradójicamente, pudiera hacer precampaña entre rejas.
Bolsonaro celebró, por su parte, por la decisión del STF y enfocó su mirada hacia las elecciones. "Brasil marcó un gol contra la impunidad y la corrupción, pero fue apenas un gol, el enemigo aún no está eliminado", afirmó en un video colgado en Youtube. "Tenemos que elegir este año un presidente de la República, hombre o mujer, que sea honesto, tenga a Dios en el corazón y sea un patriota que encare con seriedad los problemas de Brasil", agregó este nostálgico de la dictadura militar, que aboga por ampliar el porte de armas en Brasil.
Por el lado de la izquierda, el presidente del partido Socialismo y Libertad (PSOL), Juliano Medeiros, criticó el fallo judicial y llamó a "la formación de un frente democrático contra la escalada de autoritarismo y de violencia" en el país, evocado en el asesinato en marzo de la concejal de Rio Marielle Franco, que pertenecía a ese partido.
Los reveses de Lula no benefician a Temer
Las desdichas del exmandatario, cuya sentencia por corrupción se dictó en julio del año pasado, siguen sin mejorar la imagen ni el futuro del presidente conservador Michel Temer, que asumió el poder en 2016 tras el impeachment contra la sucesor de Lula, Dilma Rousseff. Pese a ello, el conservador, quien también está involucrado en investigaciones por corrupción, anunció recientemente su intención de presentarse a las elecciones de octubre.
Para los fiscales de Lava Jato -la operación que reveló una gigantesca trama de sobornos centrada en Petrobras y que se ha extendido hasta el Perú- la condena de Lula es un avance en la lucha contra la corrupción. El objetivo final es, sin embargo, una limpieza general tras los escándalos de corrupción que siguen sacudiendo la política brasileña, para lo que los fiscales han pedido elegir diputados sin tacha en las próximas elecciones a través de varios pronunciamientos.
Temer y sus principales ministros y aliados acumulan sospechas, investigaciones y acusaciones. Según una encuesta Ibope publicada este jueves, solo un 5% de los brasileños evalúa positivamente su gobierno, frente a un 72% que lo considera "malo o pésimo".
AFP
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