La mayoría de los refugiados que huyeron hacia el sur de Ecuador son en su mayoría mujeres y niños, según un párroco de la localidad de Mataje.
Cientos de ecuatorianos de la frontera con Colombia abandonaron sus casas desde fines de enero porque temen convertirse en blanco de un fuego cruzado o de los atentados del grupo de disidentes de las FARC liderado por Walter Patricio Arizala Vernaza, alias ‘Guacho’.
Según la agencia Efe, Ottorino Poletto, párroco de Mataje, la localidad más afectada por la inseguridad, dijo que los habitantes se han desplazado en busca de refugio hacia el sur, entre otros lugares a la ciudad de San Lorenzo, ubicado en la provincia de Esmeraldas.
"Actualmente alrededor de 400 personas se encuentran albergadas en esta ciudad, en casas de la catequesis, centros comunitarios y en escuelas que no son utilizadas", dijo el párroco, que no supo precisar el número total de desplazados.
Poletto, que vive en San Lorenzo y viaja todas las semanas a las comunidades para apoyar a la población que aún se encuentra en esos lugares, aseguró que "no son fantasmas y tampoco están deshabitados del todo".
La huida afectó sobre todo a las pequeñas comunidades de El Pan, Mataje Alto y Las Juntas, que a partir de febrero, con las primeras explosiones, comenzaron su éxodo. En las últimas semanas el ejército ecuatoriano ha intensificado las operaciones en la zona fronteriza.
El Gobierno ecuatoriano atribuyó los ataques a la banda de alias ‘Guacho’, responsable del secuestro y asesinato del fotógrafo Paul Rivas, el periodista Javier Ortega y el conductor Efraín Segarra, del diario El Comercio de Quito.
Poletto, que lleva dos años como párroco de Mataje, explicó que en los albergues de San Lorenzo, a apenas 37 kilómetros, se encuentran en su mayoría mujeres y niños.
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