El presidente brasileño aseguró que él y su gobierno hicieron sus máximos esfuerzos contra la pandemia, mientras la capital del Amazonas colapsa por casos COVID-19.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, calificó este viernes como "terrible" la situación de Manaos, capital del estado de Amazonas y que enfrenta un grave colapso sanitario por falta de camas hospitalarias y oxígeno para pacientes con COVID-19, pero afirmó que el Gobierno "hizo su parte".
"Nosotros estamos siempre haciendo lo que hay que hacer. Problema en Manaos, terrible el problema allá. Pero nosotros hemos hecho nuestra parte, (con) recursos y medios", expresó el mandatario a un grupo de seguidores a las puertas del Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la Presidencia en Brasilia.
Un día después de que su ministro de Salud, Eduardo Pazuello, admitiera el "colapso" en la red de salud de Manaos, que atraviesa una grave crisis por la falta de oxígeno tras registrar un récord en el número de hospitalizaciones por COVID-19, Bolsonaro mencionó también la labor de las Fuerzas Armadas para llevar insumos al estado de Amazonas.
"El ministro de Salud estuvo allá el pasado lunes y proporcionó oxígeno; empezó el tratamiento precoz, que algunos aún critican", dijo el mandatario, uno de los gobernantes más negacionistas sobre la gravedad de la pandemia del coronavirus, que ya deja más de 207 000 muertos y 8,3 millones de infectados en el país.
El caos vivido en la capital del estado de Amazonas y las escenas de correrías en hospitales, médicos desesperados y agotados, cementerios desbordados y familiares de pacientes implorando por oxígeno o comprándolo en el mercado negro provocó conmoción y una intensa movilización en todo Brasil, con el Gobierno ofreciendo aviones militares para transportar material médico y pacientes.
Ante la situación, el vicepresidente brasileño, Hamilton Mourao, expresó a los periodistas, también este viernes, que el Gobierno está haciendo "más allá de lo que puede" y citó los problemas de logística de la región.
"El Gobierno está haciendo más allá de lo que puede dentro de los recursos que nosotros disponemos", dijo el vicepresidente al agregar que "las cosas no son simples" debido a los desafíos de logística del estado amazónico.
"Manaos es la ciudad más populosa de la Amazonía y uno solo llega allá en barco o avión. Entonces, cualquier maniobra logística para aumentar la cantidad de suministros requiere medios", completó.
Mourao negó, sin embargo, que haya faltado una planificación logística por parte del Ejecutivo para el suministro de oxígeno y otros insumos esenciales.
"No había cómo prever lo que está ocurriendo en Manaos con esta nueva variante, totalmente diferente de lo que había pasado en el primer semestre", argumentó en alusión a una nueva variante del coronavirus detectada en el Amazonas y cuyo potencial de trasmisión podría ser mucho mayor, según sospechan los científicos.
EL AMAZONAS COLAPSA
Con 2,2 millones de habitantes, Manaos registró el jueves un récord de 254 nuevas hospitalizaciones por COVID-19, el mayor número desde el inicio de la pandemia, con lo que agravó el colapso sanitario en un estado que acumula 223.360 contagios y 5.930 muertes por la enfermedad.
Asimismo, cerca de 400 pacientes aguardan una cama en los hospitales, mientras que los entierros diarios siguen rompiendo récords día tras día.
El Gobierno ya ha empezado a transferir pacientes que corren el riesgo de morir por falta de oxígeno para otros estados brasileños y envió 700 cilindros, 78 respiradores pulmonares y 40.500 unidades de medicamentos para intubación al Amazonas, según informó este viernes el Ministerio de Salud.
Brasil, que tiene previsto iniciar la inmunización contra la COVID-19 la semana próxima pese a que ninguna vacuna ha sido aprobada hasta ahora, es, al lado de Estados Unidos e India, uno de los países más castigados por la pandemia.
En plena segunda ola de la pandemia, donde los muertos diarios superan el millar, el órgano regulador de Salud decidirá este domingo sobre la aprobación del uso con carácter de emergencia de la vacuna desarrollada por la farmacéutica británica AstraZeneca en conjunto con Oxford, así como de la fórmula del laboratorio chino Sinovac.
EFE
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