Tras la detención de Jorge Glas en la Embajada de México en Quito, la Presidencia de Ecuador señaló que el Gobierno de Daniel Noboa "defiende la soberanía nacional, sin permitir que nadie tome injerencia en asuntos internos del país".
El Gobierno de Ecuador afirmó que "ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político" y exhortó "cero impunidad", luego de irrumpir en la noche del viernes a la Embajada de México en Quito para detener a Jorge Glas, exvicepresidente de Rafael Correa (2007-2017).
A través de una publicación en su cuenta X, la Presidencia de Ecuador señaló que "el Gobierno Nacional defiende la soberanía nacional, sin permitir que nadie tome injerencia en asuntos internos del país".
Estas publicaciones del gobierno de Daniel Noboa se producen después de que el Gobierno mexicano concedió el asilo político que había solicitado Jorge Glas y adelantara que comunicaría de la decisión a las autoridades ecuatorianas junto con la solicitud de un salvoconducto respectivo, de conformidad con la Convención de Asilo Diplomático de 1954.
Tras la irrupción en la sede diplomática mexicana el presidente Andrés Manuel López Obrador anunció la suspensión de las relaciones diplomáticas con Ecuador.
Previamente, el Gobierno de Ecuador informó de la detención y entrega de Jorge Glas a la respectivas autoridades judiciales, al contar con una "disposición de captura" tras ser "condenado a pena privativa de la libertad por la justicia".
"Toda Embajada tiene una sola finalidad: servir como un espacio diplomático con el objetivo de estrechar las relaciones entre los países. Ningún delincuente puede ser considerado un perseguido político. Jorge Glas ha sido condenado con sentencia ejecutoriada", afirmó.
Además, aseguró que "al haberse abusado de las inmunidades y privilegios concedidos a la misión diplomática" y que México haya concedido el asilo a Jorge Glas, "contrario al marco jurídico convencional, se ha procedido con su captura".
"Ecuador es un país soberano y no vamos a permitir que ningún delincuente quede en la impunidad", añadió la Presidencia ecuatoriana, que reiteró su "respeto al pueblo mexicano que comparte nuestro sentir por la lucha contra la corrupción que afecta a neutros países".
El ingreso de las autoridades ecuatorianas a la Embajada de México y la posterior detención de Jorge Glas se produjeron en un momento de máxima tensión en las relaciones entre ambos países, después de que el Gobierno del presidente ecuatoriano, Daniel Noboa, hubiese expulsado a la embajadora mexicana por unas declaraciones de López Obrador, sobre el asesinato del candidato Fernando Villavicencio y el efecto en los comicios ganados por el joven empresario, de 36 años.
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