Los Mara Salvatrucha y otras pandillas amenazan al sistema educativo. Además aquejan a Centroamérica casos de incesto, embarazo adolescente y la falta de oportunidades
La gravedad de la violencia a la que se enfrentan los menores en el Triángulo Norte de Centroamérica (El Salvador, Guatemala y Honduras) es cada vez mayor y se asemeja a la que padecen niños, niñas y adolescentes en lugares con conflictos armados como Siria, Yemen o Afganistán, alertó hoy Save the Children.
Así se recoge en el informe "En el fuego cruzado", que la ONG presentó este martes en Mérida (España) y que muestra que esa zona es una de las más violentas e inseguras del mundo con elevadas tasas de homicidios, 10.531 en el conjunto de la región durante 2018.
El Triángulo de Centroamérica se enfrenta a un "tsunami de pobreza y violencia" del que los menores son las principales víctimas, ya que "demuele el sistema educativo" y provoca altas tasas de mortalidad infantil, desnutrición, violencia sexual, embarazo adolescente y falta de oportunidades, explicó el director de Cooperación Internacional y Acción Humanitaria de Save the Children España, David del Campo.
Ante esta situación, la huida hacia otros países, principalmente EEUU, supone la única vía de escape para progresar y salvar sus vidas, según Del Campo, que ha recordado la tristemente célebre foto de la niña salvadoreña y su padre ahogados en el río Bravo que recientemente ha dado la vuelta al mundo.
Uno de los principales problemas a los que se enfrenta la educación en estos países son las maras y pandillas, grupos violentos organizados cuya influencia aumenta la inseguridad y amenaza contra profesores y alumnos en los propios centros educativos.
Violencia en las escuelas
En el documento se explica asimismo que la violencia en las escuelas toma diferentes expresiones, como el homicidio de docentes y estudiantes o la restricción de la asistencia a los centros a alumnos y profesores que proceden de territorios controlados por grupos contrarios.
Del Campo también ha mencionado a estudiantes vinculados a grupos delictivos que se infiltran y provocan un aumento de las extorsiones, venta de drogas, reclutamiento y control sobre las decisiones educativas.
En este sentido, la directora de Operaciones de Programas de la ONG en El Salvador, Ludin Caballero, calificó de "represiva" la respuesta a la violencia de maras y pandillas en las escuelas mediante la militarización de numerosos centros educativos, que conviven con policías y militares.
El ambiente en los centros de educación ha disparado la tasa de abandono escolar que en El Salvador se sitúa en torno a los 77.000 casos de abandono anuales, subrayó Caballero.
Por ello, la organización ha propuesto establecer lugares seguros e implementar diseños inclusivos y resistentes a las amenazas a las que están expuestas los centros, reubicar las escuelas inseguras, involucrar a las comunidades educativas e implementar planes de monitoreo, financiación y supervisión continua de las instalaciones.
La presentación del informe, que ha sido financiado por la Agencia Extremeña de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AEXCID), ha contado con la presencia del director de ese organismo, Ángel Calle, quien ha destacado que Centroamérica es una prioridad en las acciones cooperativas de la región.
EFE
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