El narcotráfico, los homicidios y el pandillaje aquejan a la ciudad más emblemática de Brasil.
En el 2017 el turismo en la ciudad de Río de Janeiro, el atractivo emblemático de Brasil dejó de facturar 1.000 millones de reales, que equivalen a 277.777 dólares por la ola de violencia, según un estudio de la Confederación Nacional del Comercio de Bienes, Servicios y Turismo (CNC).
Homicidios, pandillas locales y el narcotráfico son los problemas que aquejan a la ciudad y que motivó que el presidente de Brasil, Michael Temer decretara el pasado 16 de febrero la intervención militar, con la que cedió al Ejército el control del orden público.
Para Fabio Bentes, jefe de la División Económica de la CNC, el segmento de servicios, en particular el de turismo, aún no ha logrado superar la crisis económica que se inició en 2014. Bentes dijo que tras haber registrado una caída del 6 % de los ingresos reales el año pasado, el turismo debe enfrentar este año una nueva reducción de los ingresos, del orden del 4 %.
"Lo que podemos constatar a partir del desempeño reciente es que la crisis aún no ha terminado. Todavía existe mucho terreno para ser recuperado tras la fortísima caída de la actividad de los últimos años", declaró el economista.
El economista recordó que este sector responde por el 8 % del empleo formal en Brasil, sin embargo, entre 2015 y 2017, cerca de 7.000 establecimientos de hospedaje cerraron las puertas en todo el país, con lo que se perdieron miles de puestos de trabajo.
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