Es la tercera vez que Benjamín Netanyahu visita la Franja de Gaza desde el inicio de la guerra, mientras exrehenes de Hamás y manifestantes demandan la firma del acuerdo del alto el fuego y la convocatoria de elecciones anticipadas.
El primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, visitó este jueves Rafah, en el sur de Gaza, por primera vez desde el inicio de la ofensiva contra ciudad el 6 de mayo, convertida en una de las áreas clave de una guerra que se extiende ya más de nueve meses, en los que han muerto cerca de 39 000 palestinos y unos 326 soldados israelíes.
Sentado ante las tropas que combaten en la ciudad, fronteriza con Egipto, Benjamín Netanyahu aseguró que "su presión militar contra Hamás ayuda a negociar una acuerdo sobre los secuestrados", en referencia a las conversaciones que se desarrollan en El Cairo y Doha por un alto el fuego que permitan el retorno de los 120 rehenes israelíes que siguen en Gaza -de los cuales 42 están muertos, según el Ejército.
Concretamente, El Cairo es el núcleo de las conversaciones sobre la gestión del corredor de Filadelfia -la franja a lo largo de Rafah que separa Egipto de Gaza-, puesto que una de las líneas rojas de Benjamín Netanyahu es impedir la entrada de armas a Gaza desde su vecino del sur.
"Se reforzó mi postura de que su acción aquí, sobre y bajo tierra, es fundamental para la seguridad de Israel, y de que nuestra posesión y control del eje de Filadelfia y el cruce de Rafah son esenciales para la continuación de la guerra", dijo el primer ministro a los soldados.
Mientras Benjamín Netanyahu salía de Gaza, tres exrehenes de Hamás se preparaban para reclamar al primer ministro que firme el acuerdo de alto el fuego en un acto en Tel Aviv, crítico con la visita la próxima semana a Estado Unidos del mandatario.
Rehenes de Hamás reclaman un alto el fuego
"Este no es el momento de hacer un viaje de exhibición, es el momento de hacer un trato y devolver a todos los rehenes", dijo desde la conocida como "Plaza de los Rehenes" de la capital Daniel Aloni, quien fue secuestrada el 7 de octubre junto a su hija.
Raz Ben Ami, otra secuestrada cuyo marido, Ohad, continúa en cautividad, apeló directamente a los responsables de seguridad del país a demostrar que protegerán a los rehenes: "No seáis los protectores de Bibi -el mote del primer ministro-", dijo, invitándolos a desmarcarse de las decisiones de Benjamín Netanyahu.
"Si el acuerdo no sale adelante esta vez, ¿significa eso que debo empezar a olvidarme de él?", dijo Ben Ami en referencia a su marido. "Se lo pido, se lo exijo: primero el acuerdo y luego el vuelo".
Bajo el lema "Primero firma el acuerdo y luego da tu discurso", los asistentes al acto y las rehenes demandaron al líder israelí avanzar en el acuerdo del alto el fuego antes de su visita a Estados Unidos, donde intervendrá en el Congreso y se espera que se reúna con el presidente, Joe Biden.
Por otro lado, el asesor de Biden para Oriente Medio, Brett McGurk, viajará este jueves a Israel una vez más para realizar consultas sobre la guerra, según recogieron los medios locales.
De forma paralela, una marcha antigubernamental recorrió a pie las proximidades de la frontera de Gaza pidiendo una comisión estatal que investigue "la negligencia que llevó al ataque del 7 de octubre", así como la liberación de los rehenes.
También en Jerusalén, cientos de manifestantes se dirigieron a la residencia de Benjamín Netanyahu en la calle Gaza para demandar la firma del acuerdo del alto el fuego y la convocatoria de elecciones anticipadas.
El agua, arma de guerra en Gaza
Oxfan Intermón denunció este jueves el uso del agua como arma de guerra en la Gaza por parte de Israel, acusándolo de reducir en un 94 % el suministro de agua en el territorio palestino, que ha caído hasta los 4,74 litros diarios por persona, menos de un tercio del mínimo recomendado en situaciones de emergencia.
El enclave, que roza los 39 000 muertos y 90 000 heridos desde el 7 de octubre, atraviesa una grave crisis humanitaria marcada también por la difusión de enfermedades.
Esta situación está derivando en una "falta extrema de agua limpia" lo que ya ha provocado que más de una cuarta parte (el 26%) de la población gazatí haya sufrido problemas de salud, como la diarrea aguda, hepatitis A y otras infecciones, tal y como ha constatado a lo largo de estos meses, Médicos Sin Fronteras (MSF).
Hoy, el Ministerio de Sanidad gazatí denunció el hallazgo de polio en muestras de las aguas residuales en la Franja.
(Con información de EFE)
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