Este miércoles el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, reconoció esta ciudad como la capital de Israel.
Cuatro barrios con diferentes filosofías y modos de entender la vida conviven en la pequeña ciudad vieja de Jerusalén, también conocida como el 'casco antigo'. Este espacio que ha sido testigo silencioso de siglos de lucha entre religiones es desde 1981 un Patrimonio de la Humanidad, según la Unesco.
La construcción de este recinto amurallado data del siglo XI a.C. cuando el rey David invadió el bastión del pueblo jebuseo. Se instaló en este lugar (actualmente ubicado al suroeste de la ciudad) y fue su hijo Salomón quien extendió la construcción de los muros. Sin embargo, ya no quedan estas estructuras originales.
Convergencia de religiones
Los muros de la vieja ciudad de Jerusalén fueron destruidos y reconstruidos en varias ocasiones, debido a las invasiones de diversos pueblos. Babilónicos, persas, bizantinos, musulmanes, entre otros, dejaron sus huellas por los estrechos pasillos de esta ciudad amurallada.
Las actuales murallas de piedra de esta ciudad datan de 1538 y tienen una longitud aproximada de 4,5 kilómetros. Cuenta con ocho puertas, de las cuales solo siete están abiertas en un área de aproximadamente 90 hectáreas.
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