Rescatistas, militares, policías y ciudadanos voluntarios trabajan juntos tras el terremoto que devastó el centro de su país y que causó 230 muertos y más de 1800 heridos.
Unión ante la tragedia. Las labores de rescate continúan sin descanso para encontrar gente con vida bajo los escombros de las decenas de edificios derrumbados por el fuerte terremoto del martes en México, en una tragedia que ha causado ya 230 muertos, un centenar de ellos, en la capital. La nación despertó este viernes de luto nacional -se han decretado tres días- pero con un fuerte ánimo para buscar supervivientes, enterrar a los fallecidos y comenzar pronto las tareas de reconstrucción tras sufrir un golpe inesperado el mismo día que se conmemoraban 32 años del catastrófico terremoto de 1985.
Miles de efectivos y voluntarios se afanan para rescatar a las personas sepultadas por los derrumbes de los edificios que cayeron por la fuerte sacudida del sismo de 7,1 en la escala de Richter con epicentro en Morelos, a 120 kilómetros de la Ciudad de México. En la capital, con al menos 94 muertos y 1,800 heridos de diversa consideración, hay 39 edificios destruidos. Hay otros 30 inmuebles con graves daños, 209 escuelas afectadas y al menos 500 que deberán ser revisados.
Entre la pena y la esperanza. La remoción de escombros se prolongó toda la noche y la madrugada. Apoyados por máquinas, las fuerzas de seguridad y los equipos de rescate trabajaron mano a mano, con picos y palas, en la búsqueda de personas en los escombros. El silencio se impone cada vez que alguien escucha un sonido o cuando un perro rescatista hace un gesto, señal de que puede haber alguien sepultado. "Una chica llamada Frida habló por WhatsApp con su madre anoche y le dijo dónde estaba bajo los escombros", contó a la agencia Efe la voluntaria María Elena Villaseñor desde el Colegio Enrique Rébsamen.
Esta escuela del sur de la capital es uno de los focos de dolor de la tragedia. Hasta el momento se reportan 32 alumnos y cinco adultos muertos, y se teme que la cifra aumente. Se han conseguido rescatar 14 personas con vida y se estima que todavía quedan una veintena bajo escombros, de acuerdo con cifras oficiales. La última actualización oficial del número de fallecidos contabiliza 94 muertos en la capital, 71 en Morelos, 43 en Puebla, 12 en el Estado de México, 4 en Guerrero y 1 en Oaxaca, es decir, un total de 225.
Una sola fuerza. El esfuerzo se concentra en la capital, pues en los otros estados se reportan mayores avances en las tareas de rescate, beneficiados porque los edificios caídos eran de menor altura, y porque albergaban menos personas. En el céntrico estado de Puebla las labores de rescate terminaron, casi en su totalidad, al filo de la medianoche. Oficialmente, no hay informes de personas desaparecidas bajo los escombros, aunque el sismo ha dejado relatos estremecedores, como las once personas, entre ellos cuatro menores, que perecieron al derrumbarse la iglesia donde estaban bautizando a un niño.
En medio del drama, miles de personas han salido a las calles a prestar ayuda con altruismo, comprando y colaborando en el reparto de víveres y bebida para los damnificados y los equipos de rescate, o formando cadenas humanas para sacar escombros o trasladar medicinas. Todo un ejercicio de solidaridad popular, según narró a Efe Elizabeth Ponce de la Cruz Roja, que alberga en su sede nacional, en la capital del país, alrededor de 400 voluntarios que clasifican las aportaciones donadas por la ciudadanía, especialmente medicamentos. EFE
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