El nombre del CD son las siglas de Imágenes de Resonancia Magnética, procedimiento al que se sometió tras sufrir una hemorragia cerebral por un accidente de esquí náutico
La cantante y actriz Charlotte Gainsbourg, hija de Jane Birkin y Serge Gainsbourg, publica esta semana su tercer álbum, "IRM", para el que ha contado con el estadounidense Beck como productor y compositor del mismo, y que surge tras sufrir un accidente que apunto estuvo de ser mortal.
Debutó como cantante a los doce años en una más de las provocaciones musicales de Serge Gainsbourg titulada "Lemon incest" (1984). La canción generó tanta polémica como en su día lo había hecho el "Je t"aime, moi non plus", notorio inicio de la historia de amor entre sus padres, y fue para ella el germen de una intermitente carrera musical que ahora resurge con el lanzamiento de "IRM" (Warner).
Las siglas que dan nombre al disco hacen referencia a las imágenes por resonancia magnética a las que la anglo-francesa se sometió durante el proceso de recuperación de la hemorragia cerebral que sufrió en 2007, tras un accidente de esquí náutico. Fue entonces cuando decidió enviar los sonidos de ese procedimiento médico a Beck, compositor y productor de este trabajo discográfico, para que de esa forma ambos pudieran "encontrar una intención poética que hiciera referencia a la memoria, a los recuerdos y a la propia muerte", ha declarado Charlotte Gainsbourg al semanario cultural francés "Les Inrockuptibles".
"IRM" se presenta con el sencillo "Heaven can wait" y cuenta también con una edición limitada que contiene un tema extra y un DVD con un documental sobre las sesiones de grabación. Para luchar contra las continuas comparaciones a las que le condena su ADN, la actriz y cantante se rodea de grandes nombres del pop en todos sus proyectos discográficos.
Beck es el gran estandarte que da solidez a su nueva propuesta, como en su día lo hicieran Nigel Godrich -productor de Radiohead-, el icono del britpop Jarvis Cocker y el dúo francés Air en su álbum "5:55", editado en 2006.
Hasta entonces sólo había grabado "Charlotte for Ever", disco escrito y producido en 1986 por su propio padre, que ha sido una constante en el proceso de madurez profesional. En su trabajo común, Beck intentó "buscar sonidos que ella pudiera hacer suyos, pero era bastante difícil teniendo en cuenta que no hay género musical que no haya tocado él antes, ya sea el reggae, el jazz, el rock orquestal o la percusión africana", declara el músico en la web oficial de su compañera de grabación.
En todo este tiempo ha sido el cine el que ha atraído la atención de Charlotte Gainsbourg, laureada en el más reciente Festival de Cannes como mejor actriz del certamen por una interpretación llena de polémica en "Antichrist", de Lars Von Trier.
El reconocido cineasta danés se suma a Michel Gondry -"La ciencia del sueño", Alejandro González Iñárritu -"21 gramos"- o Todd Haynes -"I"m not there"- como algunos de los directores que han conformado su trayectoria interpretativa.
EFE
Debutó como cantante a los doce años en una más de las provocaciones musicales de Serge Gainsbourg titulada "Lemon incest" (1984). La canción generó tanta polémica como en su día lo había hecho el "Je t"aime, moi non plus", notorio inicio de la historia de amor entre sus padres, y fue para ella el germen de una intermitente carrera musical que ahora resurge con el lanzamiento de "IRM" (Warner).
Las siglas que dan nombre al disco hacen referencia a las imágenes por resonancia magnética a las que la anglo-francesa se sometió durante el proceso de recuperación de la hemorragia cerebral que sufrió en 2007, tras un accidente de esquí náutico. Fue entonces cuando decidió enviar los sonidos de ese procedimiento médico a Beck, compositor y productor de este trabajo discográfico, para que de esa forma ambos pudieran "encontrar una intención poética que hiciera referencia a la memoria, a los recuerdos y a la propia muerte", ha declarado Charlotte Gainsbourg al semanario cultural francés "Les Inrockuptibles".
"IRM" se presenta con el sencillo "Heaven can wait" y cuenta también con una edición limitada que contiene un tema extra y un DVD con un documental sobre las sesiones de grabación. Para luchar contra las continuas comparaciones a las que le condena su ADN, la actriz y cantante se rodea de grandes nombres del pop en todos sus proyectos discográficos.
Beck es el gran estandarte que da solidez a su nueva propuesta, como en su día lo hicieran Nigel Godrich -productor de Radiohead-, el icono del britpop Jarvis Cocker y el dúo francés Air en su álbum "5:55", editado en 2006.
Hasta entonces sólo había grabado "Charlotte for Ever", disco escrito y producido en 1986 por su propio padre, que ha sido una constante en el proceso de madurez profesional. En su trabajo común, Beck intentó "buscar sonidos que ella pudiera hacer suyos, pero era bastante difícil teniendo en cuenta que no hay género musical que no haya tocado él antes, ya sea el reggae, el jazz, el rock orquestal o la percusión africana", declara el músico en la web oficial de su compañera de grabación.
En todo este tiempo ha sido el cine el que ha atraído la atención de Charlotte Gainsbourg, laureada en el más reciente Festival de Cannes como mejor actriz del certamen por una interpretación llena de polémica en "Antichrist", de Lars Von Trier.
El reconocido cineasta danés se suma a Michel Gondry -"La ciencia del sueño", Alejandro González Iñárritu -"21 gramos"- o Todd Haynes -"I"m not there"- como algunos de los directores que han conformado su trayectoria interpretativa.
EFE
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