Exlíder de la banda ´The Smiths´ ofreció una actuación de hora y media en la que no permitió que la organización del certamen le entregara los habituales premios. Morrisey dio en Viña un adelanto de lo que será su concierto en Lima
El Festival de Viña del Mar olvidó por un día su alma latina para hacer hueco a la elegancia del británico Morrissey que, en un sobrio concierto, sacó a relucir su maestría como figura indiscutible del pop más elaborado de los años ochenta.
Con la pesada etiqueta de estrella anglo invitada del certamen, el exlíder de la desaparecida banda "The Smiths" ofreció una actuación de una hora y media en la que no permitió que la organización del certamen le entregara los habituales premios, algo que sorprendió a las 15.000 almas que llenaron la Quinta Vergara.
Además de repasar sus más de 20 años de carrera en solitario, recuperó del baúl de los recuerdos algunos de los temas de la banda con la que saltó a la fama.
Patrick Steffan Morryssey se mostró no obstante cariñoso con un auditorio que aprendió la lección y sabía de antemano que no iba a escuchar las composiciones comerciales y bailables de las dos últimas jornadas, en las que reinaron los ritmos comerciales de Luis Miguel y Marc Anthony.
El plato principal de la noche se sirvió por exigencia de Morrissey a las 00.45 hora , mucho antes de lo que habían planificado los organizadores, por lo que se tuvo que suspender la actuación del concurso folclórico.
Este incidente auguraba una actuación llena de excentricidades, pero las previsiones iniciales no se cumplieron, y una vez saltó al escenario, Morrissey disipó fantasmas y, en los compases iniciales, encandiló a la Quinta.
El inicio fue musicalmente prometedor, y con "First of the gang to die" y "You"re the one for me" hizo rugir y saltar buena parte del auditorio.
Por si eso no fuera suficiente, continúo, enérgico, con el himno de su antiguo grupo "There"s a light that never goes out", tema con el que sintió el aliento de sus fans acercándose a las primeras filas del auditorio y abrazándose con algunos privilegiados.
Después de las ganas iniciales, rebajó los decibelios y repasó alguna de sus composiciones más melancólicas como "Let me kiss you", tema con el que terminó sacándose la camiseta, ante la estupefacción de su seguidoras que dejaron escapar los primeros y últimos vítores histéricos de la noche.
"Nobody love us" y la alegoría a la dieta vegetariana "Meat is murder" precedieron el "How Soon is now", tema con el que dio por terminada la velada, sin ofrecer ninguna canción extra, un hecho que dejó con mal sabor de boca a un público que esperaba algo más de una de las estrellas del festival.
EFE