La banda hizo un recorrido por los grandes éxitos de su carrera, dos décadas después de su primera y polémica actuación en Chile.
La banda estadounidense Guns n' Roses, el grupo de rock más emblemático de finales del siglo XX, protagonizó el pasado sábado un memorable concierto en su ansiado retorno a los escenarios chilenos, dos décadas después de su primera y polémica actuación.
Potencia y genialidad. Durante dos horas y media, Guns n' Roses hizo un recorrido por los grandes éxitos de su carrera que han marcado a varias generaciones, como "Sweet Child O'Mine", "Welcome to the Jungle" y "Civil War".
Pero también interpretó "covers" como "Wish You Were Here" (Pink Floyd), "The Seeker" (The Who), "Live and Let Die" (Wings) y "Knockin'on Heaven's Door" (Bob Dylan).
El más aclamado. El guitarrista Slash, uno de los tres supervivientes de la formación original, junto con el vocalista Axel Rose y el bajista Duff McKagan, fue el héroe de la noche.
Él demostró por qué la prestigiosa revista Rolling Stone le catalogó como uno de los cien mejores guitarristas de todos los tiempos. Parapetado tras sus lentes oscuros y sin dirigir una sola palabra al público, Slash asumió la responsabilidad de sacar adelante el show de principio a fin y tapar los espacios que Axl dejó al descubierto en varias ocasiones. Cuando llegó "Civl War las carencias del vocalista quedaron al descubierto. El pañuelo rojo en la frente y la chaqueta de cuero negro eran los de siempre. La voz, sin embargo, no.
Pero no pasó nada, porque ahí estaba de nuevo Slash para cubrir con su virtuosismo la decadencia interpretativa de su compañero, puesta de manifiesta nuevamente en la legendaria "Sweet Child o' Mine".
Polémico pasado. Si en el recital de 1995 los californianos se subieron al escenario borrachos y con dos horas de retraso, esta vez salieron a tocar con puntualidad británica. Cosas de la edad.
Los años de excesos con las drogas y el alcohol y los reiterados problemas con la ley han quedado atrás. Ahora la actitud desafiante es sólo un tatuaje más en la piel del grupo que alguna vez fue considerado "la banda más peligrosa del planeta".
En Estadio Nacional, el mismo lugar donde en 1992 una joven murió aplastada contra una valla durante una avinagrada actuación de Axl Rose, la banda congregó la noche del sábado a 66.000 seguidores.
Hizo temblar Perú. Fue la segunda fecha de la gira latinoamericana del tour "Not in This Lifetime", que arrancó el pasado jueves en Lima y concluirá a finales de noviembre en Ciudad de México. EFE
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