El reconocido cantante de ópera Plácido Domingo celebró la fecha con un concierto emblemático ante cerca de 9 mil personas en el Auditorio Nacional de México D.F.
La excusa de un capicúa número 55 le sirvió hoy al tenor español Plácido Domingo para regalarle al público mexicano una noche que arrancó con ópera y aplausos y acabó con gritos y mariachis, todo para agradecer la fidelidad del público que lo vio nacer como artista.
A sus 74 años, Domingo celebró ante unas 9.000 personas en el Auditorio Nacional de la capital mexicana y durante tres horas de concierto sus 55 años en los escenarios de México.
Menos de un mes después de someterse a una cirugía para extirparse la vesícula, el tenor español se mostró totalmente recuperado y emocionado. "Deseo que no sea la ultima vez", dijo.
"Que emoción tan grande. Nunca pensé en empezar a cantar ni en cantar tanto tiempo", señaló el artista y recordó que los mexicanos fueron "el primer público" que le escuchó cantar opera. "Qué privilegio el poder darles todo lo que siento", agregó.
La noche arrancó con la Orquesta Sinfónica de Minería, bajo la batuta del estadounidense Eugene Kohn, que interpretó la "Obertura" de "El barbero de Sevilla" de Gioachino Rossini.
Vestido con un frac negro con cuello de paloma y camisa blanca, Domingo salió después al escenario, puso al público en pie y, sin haber abierto la boca, recogió minutos de aplausos.
El concierto en el Auditorio Nacional estaba programado para el pasado sábado 31 de octubre pero tuvo que posponerse para que el tenor concluyera su proceso de recuperación de una operación de vesícula que le practicaron el pasado 15 de octubre en Nueva York.
Salieron después los mariachis Gama 1000 cantando "Ojos de papel volando", y el tenor apareció minutos después, con su sombrero de charro, su traje de gala y su moño para cantar "Paloma querida", "Ella", "El Rey" y "Cielito lindo", con la que se despidió de un público al que nuevamente volvió a alegrar el corazón. EFE