El 22 de noviembre de 1968 se publicó uno de los discos más importantes de la banda británica más emblemática de la música. A continuación, recordamos algunos de los mejores temas de este material.
"The White Album", alumbrado en realidad como "The Beatles" hace 50 años, no contenía prácticamente ninguna de las canciones más populares de los de Liverpool, pero su audacia sigue tan vigente medio siglo después que bien merece un nuevo desembarco en la vieja URSS, como propone el corte de apertura.
Publicado el 22 de noviembre de 1968, aquel disco de portada inmaculada que contrastaba a conciencia con la explosión de sonido y color del previo "Sgt. Peppper's Lonely Hearts Club Bland" fue posible gracias a un período previo de meditación con el Maharishi Mahesh Yogi, que inspiró especialmente a George Harrison.
Aquello no sirvió para relajar las relaciones entre los miembros del cuarteto, cada vez más tirantes. No ayudó la cercana muerte de Brian Epstein ni la irrupción en el tablero de Yoko Ono como pareja de John Lennon, por lo que la grabación en los estudios Abbey Road se tradujo en horas de trabajo de forma independiente y en idas y venidas en las que al menos la inspiración no salió por la puerta.
En "The Beatles" no hubo un "Help!", un "Let it be" o un "Hey Jude" (aunque este salió de aquellas sesiones). A cambio, ofrecieron un inmenso caudal de 30 canciones con genérico espíritu acústico que, moviéndose en un amplio abanico de estilos, suena actual medio siglo después y resulta menos manido que el repertorio clásico del grupo. Aquí algunos de sus hitos:
BACK IN THE U.S.S.R.
Mike Love, de Beach Boys, coincidió en la India con los Beatles y, tras años de mutua y agradecida contaminación, propuso hacer una versión soviética del "Back in the USA" de Chuck Berry. McCartney recogió el guante y elaboró un corte paródico que sustituye California por Georgia, la Georgia soviética, y que sorprende desde el motor de avión que asoma en su intro.
OB-LA-DI OB-LA-DA
El tema al que más tiempo se dedicó fue este corte optimista que inmortalizó una expresión yoruba que significa "la vida continúa" y que empleaba a menudo el músico nigeriano Jimmy Scott. La grabación, sin embargo, fue exasperante, lo que acabó con Lennon aporreando el teclado a un tempo más ágil, a la postre la clave para sacarle todo su jugo a la canción.
WHILE MY GUITAR GENTLY WEEPS
Sobresale no solo porque es una gran canción, sino porque hizo ver en Harrison un autor a la altura del tándem McCartney-Lennon, también porque fue la primera canción grabada en el magnetófono 8 pistas de Abbey Road y porque es el mismísimo Eric Clapton quien interpreta el solo de guitarra.
SEXY SADIE
El tema que sirvió para bautizar a una mítica banda española alude a uno de los episodios más oscuros de la estancia de los Beatles en la India, el de los supuestos intentos del Maharishi de seducir a parte del séquito femenino de la banda, incluida la actriz Mia Farrow. Dolido, Lennon se desquitó con este tema.
HELTER SKELTER
Considerado un precedente del "hard rock", el propósito fue superar a The Who e imbuir la canción de ruidismo y potencia al límite. Se hizo sin embargo terriblemente famosa por convertirse en una especie de mantra apocalíptico para la secta de Charles Manson, que en su matanza dejó grabado el título con sangre.
REVOLUTION 1
Fue el primero que se grabó de "The Beatles" y llegó a contar con tres versiones distintas editadas. Con él, Lennon quiso hacer patente por fin la posición política del grupo en años muy convulsos, entre mayo del 68 y la guerra de Vietnam. Es también famoso porque el músico optó por cantarla tumbado boca arriba.
(Con información de EFE)
Comparte esta noticia