Con solo 20 años, Eduardo Benavente dejó un amplio legado en la historia musical. Productor, vocalista, compositor, músico y líder de una de las bandas emblemáticas del post punk en España: Parálisis Permanente.
Eduardo Benavente es uno de esos casos en que la historia nos pone delante de un genio. No hay otra forma de entender cómo apenas en 20 años de vida dejó un camino sonoro que, aún hoy, sigue influenciando en la música contemporánea. Un camino que hubiera seguido si un accidente automovilístico, un 14 de mayo de 1983, no lo hubiera detenido.
Productor, cantante, músico, compositor y miembro de las bandas Prisma, Plástico, Los Escaparates, y Alaska y los Pegamoides, hasta llegar a formar Parálisis Permanente, un grupo que, solo con 24 canciones grabadas, se convirtió en un ícono post punk y símbolo de la España de inicios de los 80
Primeros grupos
El camino de Eduardo Benavente inició cuando apenas era un escolar. A finales de los 70, formó su primera banda, Prisma, junto a Nacho Cano, quien luego sería parte de Mecano.
“Estuve estudiando interno en El Escorial, y allí conocí a todos los pijos de Madrid. Conocí a Nacho porque me habían dicho que tenía una guitarra, nos fuimos a ver una película de Led Zeppelin juntos, después fuimos a su casa y me tocó la de Escalera al Cielo en la guitarra. Yo le ofrecí hacer un grupo, él aceptó y fuimos a unos locales que hay en Antón Martín”, refirió en una entrevista sobre aquellos años.
Sin embargo, Eduardo se fue del grupo porque, según dicen, Cano le propuso hacer un cover de Supertramp. Luego de esa experiencia, en un pub de Argüelles conoció a Rafa Gutiérrez, quien luego sería guitarrista de Hombres G. Con él formó “Plástico”. Hasta ahí solo tenía ¡15 años!
“Todavía no sabía tocar nada, solo cantaba y no intervenía en las composiciones. Pero en el año que estuve en Plástico aprendí un poquito a tocar la batería”, señaló en una entrevista de la época.
Su segunda banda, llegó a grabar un single para RCA en 1981, pero él no participó. Realmente estaba más interesado en otra banda, “Los Escaparates”, que había formado con su hermano Javier y con quienes compartía el look siniestro que luego se hizo su sello personal. Pese a sus esfuerzos, no logró producirles grabación alguna.
Sin embargo, su camino musical aún tenía sus paradas más importantes por delante.
Pegamoide
A principios de los 80, Eduardo logró pasar con éxito una audición para convertirse en baterista de Alaska y los Pegamoides, que ya eran un símbolo de la escena punk madrileña. Con Eduardo a bordo, publicaron su primer single, “Horror en el Hipermercado”.
“Cuando entré en Alaska se me abrió el apetito de tocar instrumentos. Primero fue la batería, luego empecé a tocar el bajo, después me dejaron una guitarra y me pasé todas unas Navidades tocándola con un distorsionador”, contó en una entrevista.
Sus ganas de más le permitieron avanzar en la banda. De baterista pasó a tocar la guitarra y a componer algunos temas, pese a las reticencias iniciales de Carlos Berlanga y Nacho Canut, quienes eran los encargados de la composición de los temas.
Sin embargo, la presencia de Eduardo fue decisiva no solo en la evolución del sonido pop de la banda a melodías más agresivas, sino también en el cambio de su inicial estética multicolor a los tonos grises y oscuros.
Parálisis Permanente
El apetito artístico de Benavente pronto excedió lo que podía ofrecerle el circuito underground español. Así que, con su novia de entonces, viajó a Londres y ahí se dio de cara con los abanderados del postpunk inglés como Killing Joke, Siouxsie and The Banshees o Bauhaus. En un segundo viaje se llevó consigo a Alaska y Ana Curra. A su retorno, tenía mucho más claro lo que quería hacer a nivel musical.
Junto con Ana Curra, su novia en ese momento, su hermano Javier, Nacho Canut y el hermano de éste, Johnny, formó Parálisis Permanente, la banda con la que se haría legendario. Con un sonido decididamente dark y una estética siniestra, poco a poco se convertirían en íconos del underground pero en terror de las discográficas que no aceptaron meterlos en el estudio de grabación.
A fines del 82, Nacho Canut se unió a Carlos Berlanga en Alaska y Dynarama. En su lugar entró Rafa Balmaseda en el bajo, y también se unieron Antonio Morales en la guitarra y Toti Árboles en la batería. Así quedaría establecida la alineación final de la banda.
Un (solo) 'Acto'
El único LP de Parálisis Permanente fue 'El acto', grabado en julio del 82. Como ninguna disquera quería ficharlos, Eduardo ayudó a fundar el histórico sello independiente Tres Cipreses.
“Una multinacional no puede ofrecer nunca lo que puede ofrecer un sello independiente. Y es que, además, con lo de las compañías grandes estamos totalmente escocidos. Nos han timado, estafado, robado. Son unos mafiosos”, decía Eduardo en esos años.
Pese a todo, 'El acto' se convirtió en una pieza de culto de la nueva horda de seguidores de la banda.
Las 13 canciones del disco rebosan rabia, pero también glamour; oscuridad, pero también elegancia; drama, pero también ironía disfrazada con letras sadomasoquistas. El álbum tiene la energía de Iggy Pop, la elegancia de David Bowie, y la oscuridad de los grupos iniciadores del rock gótico.
El adiós a un ícono
A inicios de 1983, la banda graba su último single Nacidos para dominar/Sangre. Pero, solo unas semanas después, un sábado de lluvia mientras la banda regresaba de un concierto, Ana Curra perdió el control del auto en que viajaban, se despistaron y Eduardo Benavente murió inmediatamente tras salir disparado del coche.
La noticia fue dolorosa no solo para los compañeros de banda, sino para toda una generación de jóvenes seguidores de Eduardo. El grupo se separó tras la publicación de un disco póstumo y, aunque fue breve el tiempo de vida de Parálisis Permanente, fue suficiente para dejar un legado que influenció a grupos de la época, como Gabinete Caligari, Décima Víctima o Cámara.
“Yo sé que Edu era Parálisis Permanente. Fíjate tú que el difunto Germán Coppini, del que éramos colegas, se ofreció a ser cantante y yo le dije que no, que Eduardo ya se había ido y que nos había dejado todo lo mejor. Nadie podría sustituir a Eduardo nunca”, dijo en una entrevista Ana Curra.
Además, la influencia de Benavente se puede rastrear en grupos nacionales como Feudales, Sor Obscena, Calle 13, Voz Propia o los primeros Cardenales.
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