Cada 22 de abril se conmemora la Operación Chavín de Huántar, uno de los rescates de rehenes más exitosos del mundo, ejecutado por militares peruanos. Recordemos ese momento de la historia del Perú en el siguiente informe.
Han pasado 28 años desde la tarde del 22 de abril de 1997, cuando un grupo de militares llevó a cabo una de las operaciones de rescate más exitosas de las últimas décadas.
148 comandos irrumpieron en la residencia del embajador japonés en Lima, Morihisa Aoki, tomada por terroristas del Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA), quienes mantenían secuestradas a 72 personas desde el 17 de diciembre de 1996.
La operación fue planificada ante la falta de avances en las negociaciones con los terroristas. Miembros del Ejército y de la Marina de Guerra entrenaron en una réplica de la residencia, construida en las instalaciones de la Escuela Militar de Chorrillos. El plan consistía en llegar hasta la vivienda del embajador a través de túneles, diseñados con inspiración en los templos de la cultura Chavín de Huántar, de donde proviene el nombre de la operación y de los comandos encargados de ejecutarla.
Los equipos de inteligencia lograron introducir micrófonos en la residencia, pero fue clave para conocer los movimientos de los terroristas el papel del almirante en
En 2017, Giampietri relató que, gracias a su experiencia militar, dedujo que las Fuerzas Armadas estaban utilizando sistemas de escucha. Por ello, comenzó a hablar en dirección a los objetos que ingresaban al recinto, como escobas, trapeadores, termos, baños portátiles o cajones con frutas. Contó que en una ocasión pidió que se colocara una canción en los parlantes ubicados fuera de la residencia a una hora específica; al escucharla, confirmó sus sospechas.
Giampietri, quien falleció en octubre de 2023, contó que se introdujeron más micrófonos y que, mediante un beeper —localizador móvil que recibía mensajes de texto y que fue ocultado por un militar rehén—, lograron recibir información desde el exterior. De ese modo, supieron que se estaba preparando el rescate y que su misión consistía en avisar cuándo los rehenes estuvieran en el segundo piso, apartados de los terroristas, para iniciar la operación. El 22 de abril de 1997, todo estaba listo, aunque la acción se retrasó algunos minutos.
"La demora fue porque había uno de los rehenes, japonés, que estaba jugando cartas con ellos en la habitación, y no se fue hasta que cambiaron de equipo abajo y pidieron que los 3 que estaban arriba bajaran para jugar. En ese momento lo agarramos al rehén y lo metimos a la habitación. Y lo último que tenía que decir cuando ya todos estaban en sus habitaciones con un oficial a cargo: ´Mary está enferma, Mary está enferma´", dijo Giampietri.
"Mary estaba enferma" era el mensaje que esperaban los comandos. A las 3:23 de la tarde del 22 de abril de 1997, una fuerte explosión destruyó parte del piso del salón principal de la residencia, mientras los terroristas jugaban un partido de fulbito. Los 148 comandos irrumpieron por ese y otros accesos, disparando sus ametralladoras. Los criminales del MRTA respondieron lanzando granadas y disparando, tal como lo recordó Alfredo Takacs, uno de los comandos Chavín de Huántar, entrevistado por RPP.
"Lanzaban granadas, sin embargo, nos cubríamos con nuestro chaleco antibalas, con nuestro casco, explotaba la granada y seguíamos avanzando. Se llegó a dominar todo este pasadizo", recordó Takacs sobre la operación.
Comandos fallecidos
El cabecilla del MRTA, Néstor Cerpa, había ordenado a uno de los terroristas asesinar al entonces ministro de Relaciones Exteriores y rehén Francisco Tudela. Cuando comenzó la operación de rescate, el canciller logró apartarse de su verdugo, quien disparaba sin cesar. En esos momentos, apareció Juan Valer Sandoval, uno de los comandos, quien murió tras recibir el ataque terrorista. Así lo recordó Tudela.
"Cruzan los 3 primeros comandos, en sentido contrario, en la terraza ya no entraba más. Y el segundo de ellos hace un gesto como para acercarse a mí, yo le digo que no y que se ocupen del que me está disparando y que saquen a los rehenes del interior de la casa. Ese comando era Valer, y lo que en realidad Valer estaba tratando de decirme era que salga yo de la línea de fuego del hombre que quería asesinarme. Cuando Valer llega a la puerta, lo enfrenta, pero el terrorista lo mata"., recordó Tudela.
Otro de los comandos que murió en cumplimiento de su deber fue Raúl Jiménez Chávez, quien formaba parte del equipo que ingresó al segundo piso de la residencia. Jiménez perdió la vida en la puerta de la habitación donde también fue asesinado el juez supremo Carlos Ernesto Giusti Acuña, al ser alcanzado por disparos y granadas lanzadas por los emerretistas, relató el comando Alfredo Takacs.
"El terrorista sacó el AKN y comenzaba a disparar y otro delincuente terrorista lanzaba granadas al pasadizo. Al momento de dominar, él estaba de espalda, recibió el impacto de bala, cayó tendido al pasadizo y recibió el impacto también de las granadas”, contó Alfredo Takacs.
La Operación Chavín de Huántar de 1997 se consolidó como un ejemplo de estrategia militar y valentía, destacándose por su planificación y ejecución. Este rescate no solo liberó a 71 de los 72 rehenes, sino que también demostró la capacidad de las Fuerzas Armadas peruanas para enfrentar situaciones extremas con precisión y heroísmo.
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