El paparojro, shitgapichu, el puchero, el picante de cuy, la pachamanca y el chicharrón de chanco o de alpaca son los potajes que se preparan para la fiesta.
Bien dicen que no hay celebración sin una buena comida y de eso pueden dar fe los pobladores de la zona urbana y rural de la provincia ancachina de Pomabamba. Pues en la también llamada Ciudad de los Cedros y Capital Folclórica del Callejón de los Conchucos se sirven más de dos platos especiales durante la tradicional celebración.
Los carnavales en la zona rural
Con mucho entusiasmo los habitantes de la zona rural acompañan al responsable de la fiesta a buscar el árbol de aliso que horas más tarde se convertirá en el protagonista principal del tumbamonte.
Luego que el mayordomo refresca la garganta de sus invitados con chicha de jora, de molle o con el famoso gro (trago elaborado con agua caliente, limón, azúcar y alcohol), todos van a buscar el árbol y lo trasladan hasta el lugar donde se realizará la yunza, al ritmo de la roncadora, una banda campesina compuesta por una flauta y dos cajas elaboradas con cuero de venado o res.
En el trayecto, desde lo alto aparece un toro loco que hace avanzar a todos más rápido por las calles. Ya en el lugar, antes de colocar el palo cilulo, este es decorado con naranjas, paltas, muñecas y otros regalos.
“Barriga llena corazón contento”
Parece ser que este es el dicho preferido de los habitantes de la zona rural, quienes no solo bailan, cantan, juegan, sino que además comen ricos potajes que se preparan para completar el jolgorio y recargarse de energías para tumbar el árbol.
Uno de los potajes es paparojro, el cual se elabora con papas sancochadas y carne de res o de carnero aderezada con ají colorado, cebolla china, ajos y sal. También está el shitgapichu, preparado también con papas sancochadas y carne acompañados de una guarnición de yuyo serrano.
No podemos dejar de mencionar al puchero, que no es nada más que papas sancochadas mezcladas con un guiso de cebolla china, ajos y col.
Esta variada gastronomía se sirve antes que los pobladores corten con un hacha la yunza, al compás de un huaino pomabambino.
El cortamonte a la medianoche
En la zona urbana el ritual para instalar la yunza es similar al de la zona rural, pero lo que llama la atención es que aquí el palo cilulo es derribado a la medianoche, luego de una intensa jornada de juegos con agua, temperas, globos y polvo.
Además, otra diferencia sustancial es la comida, los organizadores urbanos preparan el famoso picante de cuy, la pachamanca y el chicharrón de chancho o de alpaca. Todos muy deliciosos para satisfacer a los exigentes participantes.
Comida, baile y diversión tres palabras que resumen el carnaval pomabambino, donde la celebración se inicia el 15 de enero y culmina en el mes de marzo.
Por: Yanet Reyes
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