Los padrinos del bollo, por el resto de su vida, quedan unidos por el lazo del compadrazgo como si hubiesen bautizado a un niño real.
En Cajamarca el bollo es un muñeco, hecho con masa de pan o de azúcar, adornado con una serie de colores, pero lo que llama la atención es el famoso bautizo de estos muñecos, los cuales son hechos con tal realismo, que los padrinos organizan toda la fiesta, en las fechas que se celebra Todos los Santos.
A decir de Dolores Ayay Chilón, presidente de la Academia Regional Quecha de Cajamarca, el bautizo del bollo es una tradición que con el pasar de los años se está perdiendo, pues los jóvenes prefieren otras actividades; sin embargo, la tradición aún perdura en las personas mayores.
El bautizo se realiza con la presencia de una persona que se disfraza de cura, y realiza una actividad litúrgica, ante él los supuestos padres, junto a los padrinos se acercan con el bollo, y les pregunta por el nombre que le van a colocar, luego de pasarles el agua bendita los declara bautizados.
En la fiesta de Todos los Santos, el bollo cobra especial importancia, porque es un muñeco que no solo se bautiza, sino también los padres regalan a sus hijas, quienes le colocan un vestido, un pantalón, de acuerdo al gusto y empiezan a jugar con ellos.
Los padrinos, después de la fiesta ya quedan como compadres reales y a partir de ese momento el respeto es el que prima entre ellos, como si hubiesen bautizado a un niño real.
La fiesta se inicia con el reparto de los famosos capillos (presentes que se colocan en pecho de los asistentes), donde se grafica la fecha, el nombre de los padrinos y padres, además del bollo al que bautizaron.
El bautizo de un bollo en Cajamarca hoy en día, lamentablemente ya no se ve como antes, donde el vecino, el amigo, el conocido se reunían para hacer el famoso bautizo, con el devenir del tiempo, esta tradición se va perdiendo.
Por: Luis Asencio
Lea más noticias de la región Cajamarca