El abogado civil Miguel Florez Galecio explicó en RPP que la carta notarial es una herramienta clave en situaciones donde se requiere dejar constancia fehaciente de una comunicación importante, como en conflictos contractuales, patrimoniales o personales.
El abogado civil Miguel Florez Galecio, en diálogo con RPP, indicó que una carta notarial es un documento que se tramita ante una notaría y tiene un propósito formal y legal, ya que garantiza la correcta comunicación entre las partes involucradas. Su uso es común en contextos contractuales, como en un contrato de arrendamiento, donde se puede estipular que, si alguna de las partes cambia de dirección o necesita comunicarse con la otra, debe enviar una carta notarial. Este tipo de misiva también es frecuente en contratos corporativos, societarios o en otros ámbitos legales.
En situaciones de conflicto con la pareja, la comunicación puede adoptar diversas formas, desde un simple correo electrónico hasta una carta notarial, dependiendo de la intención y el contexto. La carta notarial, al ser un medio formal, se utiliza con el fin de generar un documento de prueba eficiente que pueda ser presentado en un posible proceso legal. También puede servir simplemente para llamar la atención de la otra parte, asegurando que la comunicación sea clara y reconocida legalmente.
En tanto, las cartas notariales en temas extracontractuales suelen estar relacionadas con una variedad de situaciones, siendo comunes en casos donde se busca informar o exigir el cese de afirmaciones que afectan el honor de una persona. También se utilizan en contextos personales, como asuntos de matrimonio, divorcios o cualquier expresión que cause agravio. En estos casos, si recibes una carta notarial, lo más adecuado es responder de manera formal y clara, proporcionando una posición concreta y firme sobre la situación.
¿En qué situaciones es conveniente utilizar una carta notarial?
Florez Galecio precisa que las cartas notariales son útiles en diversas situaciones donde se requiere formalizar una solicitud o posición, especialmente cuando se busca el cese de información falsa o errónea. También son comunes en conflictos de intereses, sobre todo en temas patrimoniales. Por ejemplo, si fuiste administrador de una empresa y no devolviste bienes que tenías bajo tu custodia, la empresa puede enviarte una carta notarial exigiendo la devolución de esos bienes y advirtiéndote de posibles consecuencias legales, como una denuncia penal, en caso de no cumplir con la solicitud. En este contexto, la carta notarial se convierte en un medio de prueba fehaciente, mostrando que hubo un intento formal de resolver el conflicto antes de iniciar una acción legal, demostrando la voluntad de conciliación por parte de la empresa.
Según el abogado, la redacción de una carta notarial no necesariamente tiene que ser realizada por un abogado, siempre y cuando la persona que la redacte tenga claro los hechos y fundamentos de la situación, sin alterar la realidad ni omitir detalles importantes. Sin embargo, es altamente recomendable que el área legal revise la carta antes de enviarla, ya que un error en la consignación de los hechos, como declarar algo falso o exagerado, podría tener repercusiones negativas e incluso volverse en contra de quien la emite.
Si una persona recibe una carta notarial y decide responder, lo más recomendable es negar cada uno de los puntos mencionados o, en su defecto, absolver su posición de manera clara y específica respecto a cada tema. Esto permite dejar constancia de su postura ante los hechos. Sin embargo, si la situación se prolonga con el envío de más cartas notariales, y estas afectan la tranquilidad o el bienestar de la persona, se podría considerar tomar medidas adicionales, como solicitar medidas de protección ante la subprefectura o incluso interponer una acción penal por coacción, dependiendo de la gravedad del tono y contenido de las cartas.
En general, es importante responder a la carta notarial de manera puntual y firme, con el objetivo de cerrar el asunto de forma definitiva y evitar la necesidad de futuras comunicaciones notariales.
Si una carta notarial llega a tu domicilio pero está dirigida a otra persona o a alguien que ya no vive allí, puedes informar al encargado de la notificación que esa persona no reside en ese lugar. Si ya recibiste la carta y tienes la posibilidad, podrías devolverla a la notaría indicando que no corresponde.
Es importante recordar que una persona natural tiene la obligación de mantener actualizada su dirección de domicilio en el Reniec para garantizar que las notificaciones lleguen correctamente. Por otro lado, una persona jurídica debe actualizar su domicilio fiscal, ya que este es considerado un domicilio formal y legal para recibir notificaciones. Si se cambia el domicilio real o fiscal y no se actualiza esta información, se corre el riesgo de recibir no solo cartas notariales, sino también denuncias penales o demandas que serán notificadas en el domicilio registrado en el Reniec o en la ficha RUC de la empresa.
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