La chicha de jora es la bebida infaltable durante el carnaval cajamarquino y se entrega a quienes cantan, bailan y se divierten en las diferentes actividades carnestolendas.
Hablar del Carnaval de Cajamarca es hablar de muchas cosas, como por ejemplo la alegría que se vive en las esquinas al escuchar una quena acompañada del resto de instrumentos, entonar a voz en cuello aquellas coplas de doble sentido que hacen reír, a mandíbula batiente, a quienes las escuchan por primera vez.
Sin embargo, el carnaval no estaría completo sin una tradición, que lamentablemente con el pasar de los años va quedando relegada, como es la preparación de la famosa chicha de jora, licor que es considerado como el elixir de los dioses, y sirve para calentar el cuerpo, así como seguir cantando.
“Hay chichita colorada, solo a tí te tengo miedo, tú me enfermas, tú me sanas, tú me enseñas mil de mañas”, es una de las coplas creadas por el ideario popular en honor a la chicha carnavalera y se canta en cada casa que se llega, en clara alusión que durante el carnaval se vive una serie de experiencias.
Una de las formas de pedir la chicha es cantando la siguiente copla... “y hasta qué hora pues vecina, de sus manos esa flor y me da la chichita escogiendo la mejor”.
El tradicionalista Juan Jave Huangal nos cuenta que en tiempos de antaño todas las familias cajamarquinas preparaban la rica chicha de jora para esperar a los carnavaleros que visitaban de casa en casa bailando y cantando la música de carnaval, costumbre que aún se la realiza pero en menor medida.
También nos cuenta que faltando diez u ocho días para los días principales del carnaval se empieza a preparar la chicha de jora con la finalidad que llegue en su punto, como se dice, a la fiesta del rey Momo o rey de la Alegría.
Preparación
En cuanto a la preparación, se hierve una buena cantidad de agua en la famosa paila y allí se hace un concentrado teniendo como base la jora, luego se agrega manzana, ciruela, cáscara de piña y otras frutas, para darle cuerpo y sabor.
Posteriormente todo el concentrado es colado y puesto dentro del urpo de tierra o de piedra donde se deja fermentar, y para endulzarlo se va colocando la famosa chancaca o chancona, como también se lo conoce.
Para terminar la visita a las viviendas y agradecer la atención se canta la siguiente copla... “Qué dicen compañeritos, nos vamos o nos quedamos, mejor será que vayamos que nos vamos a quedar, vámonos que vengan otros y les hagan el cariño como han hecho con nosotros, y les inviten la chichita, escogiendo la mejor”.
Por: Luis Asencio
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