Según datos de la Encuesta Nacional a Instituciones Educativas (ENEDU) de 2017, la situación de las aulas públicas del país es crítica. En áreas rurales, solo 30% cuenta con estos espacios en condiciones aceptables para la enseñanza.
La brecha de infraestructura educativa bordea los 100 mil millones de soles. Al ritmo de inversión actual, el Estado tardaría 50 años en cerrarla. Y si hablamos de las aulas, la situación refleja esta brecha: menos de la mitad de las aulas urbanas (48.4%) y tres de cada diez en áreas rurales cuentan con estos espacios en condiciones óptimas. Es decir, más de tres millones de alumnos peruanos estudian en espacios inadecuados.
Si vemos otras cifras relacionadas, la situación no mejora: solo la mitad de las escuelas a nivel urbano tiene los servicios higiénicos en buen estado (50.7%), mientras que, en el área rural, la cifra disminuye a 43.9%.
Incluso los servicios básicos no están garantizados en todas las escuelas: 23% no tiene acceso a agua y saneamiento, y alrededor de la mitad no cuenta con baños en estado óptimo, según recoge el Programa Nacional de Infraestructura Educativa. Al 2025 se desea demoler el 59% de los locales y tener saneado el 100% del agua y saneamiento.
“Tenemos una estrategia de sistematización, pero hay que priorizar los recursos e intervenciones”, dice Elizabeth Añaños, directora ejecutiva del Programa Nacional de Infraestructura Educativa. Lo cierto es que, actualmente, las condiciones de aulas y colegios públicos afectan la enseñanza de los alumnos.
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