Hay elementos que hacen singular a esta plaza como su diseño, por eso´niños y niñas han disfrutado de una especie de tobogán que rodea el monumento.
“Es la plaza más grande del Perú”, es una de las frases que repetían constantemente mis profesores y que ha quedado grabada en mi memoria hasta el día de hoy. Se trata de la Plaza de Armas de Trujillo, ciudad que cumplirá 500 años de fundación española en poco más de un década.
Esta plaza trazada en 1534 por San Martín de Estete, se encuentra rodeada de elegantes casonas y de la Catedral donde vive literalmente el abogado y protector de la ciudad: San Valentín.
De muchos viajes realizados por nuestro querido Perú, he podido observar que en las principales ciudades como Arequipa, Cusco, Iquitos y Lima lucen llamativas piletas de agua. En cambio para Trujillo tenga una tuvieron que pasar muchos años.
Dicha pileta de mármol carabambino (piedra comba) fue una donación del hacendado don Pedro de Mandalengoitia Sanz de Zárate, que tuvo que recorrer por varios días, caminos de herradura, para llegar a Trujillo desde el ande de La Libertad.
Sin embargo, cuenta la historia, que pasaron más de 80 años hasta 1929 que la hermosa pileta fue retirada (actualmente se encuentra en la plazuela El Recreo) para instalar lo que hoy en fotos recorre el mundo: la Plaza de Armas de Trujillo.
Entonces se instaló el Monumento a La Libertad, obra del escultor alemán, Edmundo Moeller, quien fue contratado por la Comisión del Centenario de la Libertad de Trujillo, en diciembre de 1820.
En el 2009, el municipio trujillano remodeló y trató la corrosión del mármol traventino que atacó y y hasta hoy afecta la estructura del monumento. Curiosamente, se instalaron piletas modernas y con luces casi psicodélicas, que obviamente trajo críticas y vítores al romper un paradigma de un espacio considerado histórico.
Las piletas del siglo XXI, parece que tiene más problemas, como las filtraciones que merecen atención y control para evitar nuevamente tirar plata al agua.
Hay elementos que hacen singular a esta plaza, como su diseño. Por eso, niños y niñas han disfrutado de una especie de tobogán que rodea el monumento y esto continúa para inmortalizarla en una foto.
Hasta hace unos meses, se podía apreciar centenares de palomas, a diferencia de otras plazas, este hecho sorprendió, pues no era común ver estas aves años atrás. Entonces, fueron alejadas con gavilanes adiestrados. Como anécdota a esta situación, se dice que fueron los fotógrafos antiguos que atrajeron a las palomas con comida, para ganarse unos soles más tomando fotos.
La presencia de dibujantes con discapacidad, es un hecho bastante positivo, su arte llama la atención y llenan bancas de público que aprecia su destreza con el lápiz para dibujar rostros.
Llamativos personajes que realizan discursos políticos o religiosos siempre aparecen. Lustrabotas, “jaladores” turísticos, ambulantes, son parte del día a día de esta plaza de armas que espera mostrar pronto sus cinco siglos donde todo vale y democráticamente se expresa.
Por: Davinton Castillo
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