El Padre Miguel Fuertes, presidente del Vicariato de Iquitos, quien recolectó dinero para hacer funcionar plantas de oxígeno ante la pandemia de coronavirus, señaló que viene recibiendo comentarios con los que pretenden minimizar el trabajo de la ciudadanía para vencer la COVID-19.
El sacerdote Miguel Fuertes, representante del Vicariato de Iquitos, dijo que no quiere pensar que las plantas de oxígeno que se lograron adquirir gracias a la ayuda de la población en un corto tiempo hayan sufrido algún tipo de sabotaje por parte de personas inescrupulosas.
Fuertes indicó que tal vez se estén tratando de malos manejos.
"No quiero pensar que ha sido un boicot. No quiero pensar mal. He tenido ciertos comentarios durante la semana que quieren minimizar el esfuerzo que la ciudadanía está haciendo, no solo la iglesia", expresó este martes en Ampliación de Noticias.
Fuertes precisó que de la noche a la mañana aparecieron mangueras rotas y que se tuvieron problemas con el concentrador de oxígeno, que no funcionó en un 100%. "Por el día funcionó bien, y luego por la noche no. ¿Por qué razón? no sabemos. No hicimos una denuncia, simplemente un día se amaneció con la manguera rota", expresó.
El sacerdote denunció además a las mafias de la ciudad, en donde un balón de oxígeno te lo venden a cerca de 5 000 soles y la tira de paracetamol a precios exorbitantes.
"Esta campaña no ha dejado bien parada al Estado. A quien sea que haya tenido que hacerlo antes, a los gobiernos regionales esto no queda bien. Todo este tiempo han habido negocios con estos balones de oxígeno. Hay mafias y hay oxígeno gratis. A más oxígeno, menos posible su venta en el mercado negro", apuntó.
"Hay muchos problemas con los medicamentos ya que estos desaparecen. Tantas toneladas que se ve que llegan y vamos a hospitales o farmacias, y no hay. En estos días. la policía, con la Fiscalía ha encontrado medicamentos del Ministerio de Salud que se estaban vendiendo a precios altos. Ha sido un negociado muy fuerte y mortal porque este está matando gente", agregó.
Asimismo, Fuertes indicó que uno de los problemas que se ha tenido con las comunidades indígenas es que el mismo personal que trabaja en las postas médicas han sido quienes han llevado el coronavirus.
"Quien llevó la COVID-19 a la zona del río Marañon fue el personal de la posta médica. El Estado mismo ha llevado esta enfermedad. No tengo palabras para expresar lo que eso significa", comentó.
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