La Organización Mundial de la Salud considera que si la anemia supera el 20% es un problema de salud pública. En el Perú, el 40% de niños menores de tres años la padece.
En el Perú, 4 de cada 10 niños menores de tres años tiene anemia, según la Encuesta Demográfica de Salud Familiar (ENDES 2019). La meta del Estado era reducirla a 30% para fines de este año; sin embargo, la pandemia por la Covid-19 ha dificultado el proceso.
La anemia es la falta de hierro en la sangre. De no tratarse, esta puede tener graves e irreversibles consecuencias. La anemia puede impedir el desarrollo cognitivo de un niño si se presenta a una edad temprana.
El Estado tiene diversos programas para prevenir la anemia en los que hace tamizajes y provee suplementos de hierro; sin embargo, la pandemia ha paralizado este trabajo. Si comparamos entre abril 2019 y abril 2020 (con cuarentena obligatoria) las visitas domiciliarias para prevenir la anemia cayeron en 45 puntos porcentuales.
Si hacemos esta misma comparación en el mes de junio, las visitas cayeron en 39 puntos porcentuales. Lo que significa que casi 31 mil niños y niñas no recibieron esta visita debido a la pandemia. Con el paso del tiempo, se ha ido recuperando el sistema, pero aún no se da abasto. De hecho, en setiembre más de 18 mil niños y niñas no recibieron esta visita.
La lucha contra la anemia es un trabajo indispensable por parte del Estado. La anemia genera consecuencias irreversibles en la vida de un niño porque impide el correcto desarrollo del cerebro y físico. Es justamente durante los primeros tres años de vida que los niños desarrollan el 80% de su cerebro, según UNICEF, por lo que disminuir el porcentaje de anemia en niños es urgente, más aún en un contexto de pandemia. Para ello el trabajo conjunto entre todos los sectores como la sociedad civil, el sector público y privado, es esencial.
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