Se trata de cuatro fuentes situadas en los andenes orientales de la ciudadela, declarada Patrimonio cultural de la Humanidad en 1983, y que, según el director del Parque Arqueológico de Machu Picchu, Fernando Astete, "son de carácter ceremonial y hacen referencia al culto al agua".
La fuente principal, la de mayor tamaño entre las descubiertas y que recoge el agua que surge de la montaña, presenta bloques de piedra labrada en sus costados.
Dicha fuente conduce el agua, a través de un canal abierto, a otra más pequeña, esta vez tallada en un solo bloque y que abastece a una tercera en la que destacan dos protuberancias de piedra.
Esta última, unida a las anteriores a través de canales superficiales y subterráneos, varía en la forma con lo que consigue romper la tensión superficial del agua y disminuir su velocidad para así discurrir hasta un río próximo que era sagrado para los incas: el Vilcanota.
Astete agregó que la presencia de las cuatro fuentes constituye un ejemplo de la alta tecnología hidráulica que alcanzaron los incas, ya que continúa funcionando a pesar de haber pasado más de 500 años desde su construcción y haber estado enterrada buena parte de ese tiempo.
EFE