En diálogo con RPP, el periodista Carlos Martínez Beas contó lo que vivió en carne propia durante aquella tarde del 31 de mayo de 1970.
El 31 de mayo de 1970, un terremoto de magnitud 7.9 tuvo como epicentro el mar de Áncash, lo que generó una avalancha en el Nevado Huascarán que sepultó la localidad de Yungay. La tragedia cobró la vida de cerca de 70 mil personas, uno de los desastres naturales más devastadores del Perú.
El periodista Carlos Martinez Beas, quien vivió en carne propia la catástrofe, aseguró que tiene aún heridas sin cicatrizar, por los recuerdos de pánico, hambre y sed que pasó a consecuencia del terremoto y la posterior avalancha.
En ese entonces, Carlos Martínez tenía solamente 15 años y era acólito en una iglesia, donde se reunía con otros adolescentes y niños para asistir en misas, como la que estaba programada ese domingo, 31 de mayo de 1970.
"Estábamos en el convento San Antonio de Padua y, cuando estábamos recibiendo instrucciones del padre, empezó el temblor. Uno de los sacerdotes nos dijo que no salgamos, que nos arrodillemos. (...) Pero salí corriendo por los pasajes del convento, llegué a la plazuela y crucé la calle, di una vuelta y se cayó todo el convento", recordó.
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“Era como si hubiera caído la bomba de Hiroshima”
La tragedia desnudó la falta de preparación que había en la población para encarar un desastre de esa naturaleza, pese a los antecedentes vividos años atrás, como el terremoto de 1966 en Lima y Callao y, anteriormente, el aluvión de Ranrahirca de 1962.
"Nos decían que en cualquier momento puede pasar algo. Nos decía de los aluviones porque realmente Huaraz y todo el callejón de Huaylas por los glaciales son zonas bastante vulnerables por los aluviones, pero nunca nos dijeron que podía pasar un terremoto de esa magnitud", sostuvo en RPP.
"Realmente no estábamos preparados para eso. Incluso nosotros, después del terremoto fueron unas semanas duras para nosotros, porque no teníamos agua, luz, ni elementos básicos para poder sobrevivir. La ciudad estaba en ruinas, era como si hubiera caído la bomba de Hiroshima. Entonces era una incertidumbre total", continuó Carlos Martínez.
Carlos, a sus 15 años, entre el pánico y la hambruna, se juntó con los sobrevivientes para atender a los heridos, y para ayudar a aquellos que todavía seguían enterrados bajo los escombros.
Anécdota del Perú vs. Marruecos de 1970
Aun así, el periodista recordó un pequeño momento de alegría, cuando Perú ganó en su debut con el Mundial de México 1970: fue un 3-2 ante Marruecos, después de ir cayendo por dos goles.
"Una persona captó el partido y lo escuchábamos y nos dio gran nostalgia cuando nos enteramos que tenían un listón negro en duelo a nuestros caídos. Yo estudiaba en una gran unidad escolar, éramos 40 alumnos y, cuando volvimos, a los tres meses, éramos solo 10", mencionó.
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