Javier Álvarez, representante de Unicef en el Perú, resaltó el apoyo psicoemocional para quienes fueron niños sobrevivientes al terremeto en Yungay ocurrido en 1970 y la responsabilidad en los simulacros frente a eventuales sismos a nivel nacional.
Unicef conmemora su 75° aniversario en el Perú en un contexto en el que se cumplen 50 años de la tragedia por el terremoto en Yungay, que enlutó a todo el país, y que fue la primera gran ayuda humanitaria que brindaron en el país.
En esa línea, Javier Álvarez, representante de Unicef en Perú, recordó que se están revisando hitos importantes para la nación peruana como el caso de Yungay, en donde recordó que Unicef reaccionó a través de una donación para comprar equipos de comunicación, rayos X, portátiles, agua y saneamiento, entre otros.
"Unicef continuó trabajando con el Centro de Reconstrucción Regional y Rehabilitación. Lo más importante es que este tipo de tragedias no se nos olviden y que nos convoquen a todos a estar preparados. Es ahí donde Unicef viene trabajando con el Estado peruano a nivel central, municipalidades, regiones y también las comunidades para estar preparados por si vuelve a pasar algo", agregó en Ampliación de Noticias.
Papel en la pandemia
Respecto al papel de Unicef en la pandemia, Álvarez sostuvo que fue un gran reto en cuanto a una emergencia global. "La pandemia significó un esfuerzo muy grande para Unicef", aseguró, y también recordó que la creación de la plataformas COVAX donde "los productores enviaban las vacunas".
En ella estaba incluída la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y otras organizaciones que "redistribuían justamente, no al mejor postor". "COVAX fue bastante eficiente, hubo obviamente retrasos y desazón, pero las primeras vacunas que llegaron al Perú fueron a través de la plataformas COVAX y Unicef también contribuyó a la mejora de 100.000 neveras para mantener el flujo", resaltó.
¿Cómo proteger la vulnerabilidad de los niños?
Javier Álvarez recordó la Convención de los Derechos del Niño, que busca proteger a los niños afectados, sea por la pérdida de un familiar o cercano que pudiera cuidarlos. Es el caso también de los adultos de hoy que fueron menores en el terremoto de Yungay.
"Es muy importante en estas situaciones dar el apoyo psicoemocional. Una de las cosas que hace Unicef, que muchas veces se ve como un poco contracíclica cuando solamente se necesita medicamentos, se necesita agua, necesidades perentorias como abrir escuelas, espacios para que se diviertan, entre otros", enfatizó en Ampliación de Noticias.
En esa línea, el representante de Unicef en Perú pidió concientizar a la ciudadanía frente al apoyo psicoemocional y educativo a los menores de edad en un contexto de inseguridad y violencia a nivel nacional.
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