Lima es la ciudad segunda ciudad más grande establecida sobre un desierto, lo que la pone en estado vulnerable.
Perú es uno de los países más ricos en agua. Sin embargo, este recurso está distribuido de manera heterogénea. Por ejemplo, la costa peruana concentra el 70% de la población, pero solo cuenta con el 1.8% de agua, según Oxfam.
El acceso a agua potable de calidad es uno de los indicadores principales para determinar el desarrollo social de un país. Asimismo, el grado de bienestar alcanzado por la población. Varias enfermedades como el cólera e infecciones estomacales son causadas por agua con mala calidad.
Según la misma organización, a nivel nacional, entre 7 y 8 millones de peruanos no tienen acceso a agua potable. Lima es la ciudad más vulnerable puesto que es la segunda capital más grande en el mundo asentada en un desierto. El río Rímac es el principal proveedor de luz y agua, pero también es la cuenca más deteriorada ambientalmente.
Asimismo, existe un gran contraste entre las zonas urbanas y rurales del Perú. El 62% de la población rural no tiene acceso agua potable, comentó Camilo Huneeus, especialista de Agua y Energía del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.
Parte de la población que no tiene acceso a la red pública de agua se abastecen de otra manera. Estas pueden ser camiones cisterna, pozos ríos, acequias y manantiales, entre otras.
Este, aparte de ser un problema de salubridad, es uno económico. En las periferias de Lima, la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (SUNASS) estimó que para cubrir 100 litros de agua al día, las personas podrían llegar a pagar hasta 45 soles mensuales por persona. Mucho más que los hogares que cuentan con acceso a la red pública.
Ciudades con Futuro es una campaña de RPP con el compromiso de Coca Cola y Arca Continental Lindley. Esta tiene el objetivo de concientizar e informar a los ciudadanos sobre el espacio donde viven.
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