El escritor refiere que ´en el Perú recién están apareciendo precursores estudios gastronómicos y los primeros tratados de nutrición´.
El escritor e historiador peruano Fernando Iwasaki escribió un artículo en el portal del El País de España en el que afirma que si bien existe la ‘cocina peruana’, ello no implica la existencia de una ‘gastronomía peruana’.
Según refiere, la gastronomía supone una tradición literaria, sensibilidad cultural y la historia de esa sensibilidad, “una cosa es alimentarse y otra muy distinta aplacar el hambre. Una cosa es el arte de comer y otra bien diferente la ciencia de nutrirse”.
“De ahí que el boom de la cocina peruana no suponga el boom de la gastronomía peruana, porque ninguna figura relevante de la literatura o la historia peruana ha escrito un libro semejante a las Memorias de cocina y bodega (1953) del mexicano Alfonso Reyes”, señala.
Iwasaki refiere que “en el Perú recién están apareciendo precursores estudios gastronómicos y los primeros tratados de nutrición”.
Precisa que El País le pidió una reflexión sobre el barullo montado a colación de un texto publicado en el blog Vano oficio, el escritor Iván Thays, quien, a su consideración, “opinaba legítimamente sobre cocina, literatura, nutrición e identidad nacional”.
“Estoy de acuerdo con Iván en que el concepto de identidad nacional adherido al cine, la literatura, el fútbol o la gastronomía, no añade nada singular o de intrínseco valor”, sostiene.
Indica que si a Thays “no le disloca la cocina peruana está en su derecho y él se la pierde, pero reprocharle que no crea que la cocina peruana sea lo non plus ultra de la gastronomía mundial sí es una arbitrariedad”.
El patriotismo culinario no es perverso
En el artículo de la sección Cultura de El País, Iwasaki considera además que el ‘patriotismo culinario no es perverso y hasta me inspira simpatía”.
Sin embargo, quienes les parece “malignos y peligrosos” son los modernos adalides de la cocina de vanguardia, porque han impuesto que el gigantesco tamaño de los platos sea inversamente proporcional a la insignificante cantidad de comida que nos sirven, de modo que comiendo menos encima paguemos más.
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