El exjugador francés y campeón del Mundo en 1998 fue invitado al Perú para hablar sobre la lucha contra el racismo y la discriminación en la educación. Según la Primera Encuesta Nacional sobre Diversidad Cultural y Discriminación, publicada este año solo el 8% de peruanos se considera racista.
El exjugador de la selección peruana de fútbol Jhoel Herrera denunció en su cuenta de Twitter, el día 25 de septiembre, el racismo que su hijo sufre en el colegio por ser afrodescendiente. Esta es una de las últimas denuncias hecha pública en nuestro país contra el persistente racismo.
Recién en mayo de 2018, el Estado publicó la Primera Encuesta Nacional sobre Diversidad Cultural y Discriminación, encargada a IPSOS desde el Ministerio de Cultura.
En una muestra de 3781 personas, 53% de los entrevistados considera que los peruanos son racistas o muy racistas, pero solo el 8% de los encuestados se reconoce racista. Por otro lado, el 21% indica que su comunidad es racista o muy racista, mientras que el 17% reconoce que sus amigos y familiares lo son.
“El privilegio de la blanquitud”
“No debería ser tan difícil hablar sobre el racismo”, aseguró Lilian Thuram, exjugador de la selección francesa de fútbol y campeón de la Copa del Mundo de 1998, en la Conferencia sobre la Educación contra la Discriminación y el Racismo organizada por el Lugar de la Memoria, la Tolerancia y la Inclusión Social y la Embajada de Francia, el pasado jueves.
“Un niño peruano de nueve años me dijo que habían demasiados venezolanos en el país”, confesó sorprendido y desolado. “Le pregunté al niño dónde había escuchado eso y me dijo que de los medios y de su familia. Nuestro problema es que dentro de cada uno hemos crecido con prejuicios sobre nosotros mismos que están ligados a la Historia y con prejuicios sobre los ‘otros’”, explicó Lilian Thuram a una audiencia masiva y atenta.
Desde 2008 Thuram dedica su vida a ir a las escuelas para hablar del racismo y de la discriminación en Francia a través de su fundación “Lilian Thuram - Educación contra el racismo". Cuenta que ha sufrido racismo desde pequeño. Hoy el exjugador y escritor alienta a pensar sobre la necesidad de una educación diferente para luchar contra la discriminación no solo en el deporte, sino en otros ámbitos como la desigualdad entre mujeres y hombres.
“El racismo no es más que un sistema económico en el que seres humanos usan a otros seres humanos por considerarlos inferiores. Las clases dominantes nunca se hacen esta pregunta porque ellos son “la norma”. Los que tienen privilegios tienen que aceptar que esto debe cambiar. Para luchar contra el racismo primero hay que tomar conciencia de que existe y luego hay que denunciarlo”, insistió.
Acompañado por Rocío Muñoz (representante de la organización Perú Afro), Susana Baca (cantante, compositora y exministra de Cultura), Edison Flores (jugador de la Selección Peruana de fútbol), Aldo Panfichi (escritor, sociólogo de la Pontificia Universidad Católica del Perú) y Ana María Vidal (secretaria ejecutiva adjunta de la Coordinadora Nacional de los Derechos Humanos), el debate evidenció la necesidad de que el racismo y la discriminación deben ser combatidos desde la educación y la memoria.
“Es necesario preparar a los preparadores”, sostuvo la cantante y exministra de Cultura Susana Baca. “Los educadores no están preparados para enfrentar o saber cómo reaccionar frente al racismo entre las alumnas y los alumnos”.
Sobre este punto, Edison Flores recordó la necesidad de que los futbolistas enfrenten este problema. “Sé que soy una persona influyente para las niñas y los niños. Debemos entender que no importa nuestra clase social, nuestro género o nuestro color de piel”.
La “blanquitud” o la idea del “blanqueamiento” en Perú es interiorizada en los más pequeños desde el momento en el que se usa el dicho “para mejorar la raza”, reconocieron los invitados.
“Es algo muy doloroso para un niño escuchar esta expresión. El privilegio de la blanquitud en nuestro país es visible en el momento del acceso a la educación, salud o de la calidad de vida”, explicó Rocío Muñoz, moderadora del conversatorio y representante de la organización Perú Afro.
Una herencia colonial
Wilfredo Ardito, investigador en discriminación y racismo de la Pontificia Universidad Católica del Perú, indica que, a raíz de la Independencia, la creación del Estado peruano tiene características racistas muy marcadas. “Es un Estado en el cual los criollos asumen que tienen el derecho a gobernar el país y los indígenas y la población negra pasan a ser sus subordinados. El racismo, tal como lo entendemos, es una herencia colonial que no ha sido superada y que llega con los españoles”.
El escritor y periodista Marco Avilés también viene denunciando los enfoques racistas de programas de televisión, publicidades, y la falta de conciencia sobre el racismo y la migración en nuestro país. “Hay una conversación y una atención sobre los jugadores negros en Europa y también en el Perú. Seguimos ignorando estos temas: ¿Qué cosa es ser un migrante? ¿O qué es el racismo o ser racista? Creo que estamos saliendo colectivamente de la ignorancia. Pero queda mucho trabajo por hacer”.
Hace unas semanas se generó una gran polémica a partir de la difusión de una publicidad de Falabella para promocionar una marca de colchones. En el video, la protagonista, una joven blanca, se presenta como una persona ordenada que cuenta que se ha mudado con una compañera muy diferente a ella.
La amiga que sale en escena es interpretada por una mujer afroperuana, no tenía ninguna línea en el guión y se le relaciona visualmente con el desorden. La joven blanca agrega que ha comprado el colchón porque le gustaba que su cama esté “limpia y huela bien”. Este último detalle es mencionado como “un secreto” que no debía conocer la compañera. La empresa retiró el vídeo poco después y pidió disculpas a través de un comunicado.
Wilfredo Ardito añade que estas publicidades no reflejan la sociedad peruana y excluye una gran parte de la población: “Durante el mundial de fútbol, por ejemplo, casi todas las imágenes de los hinchas en las publicidades, eran hombres blancos, con barba, cabello castaño. La gran mayoría de peruanos no es así, no tiene barba. Nunca pusieron un hincha afroperuano o andino o que se parecía a Cueva, Flores o un afrodescendiente”.
En nuestro país, según el último censo del Instituto Nacional de Estadísticas e Información realizada en 2017, publicada recientemente, 5 176 809 millones de peruanos se autoidentifican como quechua, es decir el 22,32% de la población. 828 841 peruanos se reconocen como afrodescendientes (3.57%), 1 366 931 como blancos (5’89%) y 13 965 254 millones como mestizos (60.20%).
El investigador añade que en nuestro imaginario colectivo existen muchas clasificaciones sobre el aspecto estético y el color de piel. A más oscura la piel de una persona, las oportunidades laborales o el trato que pueda recibir serán diferentes y excluyentes.
Esto se ve también reflejado en la Primera Encuesta Nacional sobre Diversidad Cultural y Discriminación, donde el 28% de los encuestados reconoció haber sido discriminado por su color de piel; el 17%, por sus rasgos faciales o físicos y el 16%, por su lugar de procedencia.
“No queremos negar nuestra identidad”
Para la periodista afroperuana Sofía Carrillo, se debe hablar de la diáspora africana en diferentes partes del mundo para visibilizarla. Este término hace referencia a los diferentes movimientos forzados, desde la esclavitud o la colonización, y también a la migración de las personas de origen africano.
“No podemos negar que el 80% de la selección peruana de fútbol es afrodescendiente. No queremos negar nuestra identidad. Lo que deberíamos preguntarnos es ¿por qué es tan fácil mencionar los rasgos africanos para la burla, pero cuando nos auto afirmamos como afrodescendientes, que aportan a la construcción del país, se nos lo reproche? Debemos aprovechar este momento y espacio para reafirmarnos y luchar contra el racismo”.
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