Edwin y Junior viven en la periferia de Trujillo, pero sus vidas se juntan cuando llegan a trabajar al mercado autogestionario La Hermelinda.
Edwin García, de 11 años, es el cuarto de seis hermanos y vive en el sector Las Dunas del distrito trujillano La Esperanza; mientras que Junior Agreda Rodríguez, de 14 años, es el segundo de tres hermanos y vive en el barrio 5B de Alto Trujillo en el distrito de El Porvenir.
Sus historias empiezan a las cinco de la mañana, hora en la que se levantan y se alistan para la jornada diaria. Ambos salen de casa esperando que sea un buen día.
Se ganan la vida cargando lo que los clientes compran dentro del mercado autogestionario La Hermelinda en la ciudad de Trujillo (La Libertad).
“Se gana algo de dinero y lo bueno es que nadie te maltrata” menciona Edwin, mientras espera la llegada de un ama de casa que solicite su servicio. Los dos coinciden en señalar que un amigo de colegio fue quien los animó a ganar un poco de dinero.
“Somos más de cien niños trabajando, los que viven cerca llegan a las cuatro de la mañana, a esa hora se gana un poco más pero es peligroso por los borrachos”, nos comenta Junior.
Ganamos entre 15 a 20 soles si el día es bueno, pero a veces solo sale para el alquiler de la carretilla y nuestro desayuno.
¿Cómo conseguir una carretilla?
Cuentan que las carretillas que conducen son alquiladas a sol cincuenta el día y solo se tiene que dejar el DNI o algún celular. Existen un promedio de 25 puestos dentro del mercado donde uno puede encontrarlas.
Todo está garantizado, cada carretilla tiene una inscripción que la identifica (Josmar, S.V.D, A.C), para que el cliente pueda reclamar si le faltó algún producto.
Los fines de semana son los días donde se puede ganar un poco más, es por eso que esperamos a nuestros clientes en las afueras del corralón, nos dicen.
La competencia
La gente siempre nos escoge porque nos ven pequeños es nuestra ventaja, porque dicen que los grandes pueden trabajar en otra cosa, la tarifa es de un sol cincuenta y nosotros los acompañamos hasta que acaben de haces sus compras.
Lo que se gana es para ayudar a la familia y un poco se guarda para cualquier enfermedad dice Edwin; en tanto que Junior menciona que está ahorrando para sus estudios.
No descuidan los estudios
El trabajo es solo un cachuelo como dicen, ambos estudian por la tarde y esa es una condición que le dieron sus padres para poder trabajar. No descuidar su educación.
Como todo niño tienen sueños
Edwin al ser consultado sobre que quiere ser de grande, mira al cielo y con un tono seguro responde policía, mientras que Junior anhela ser ingeniero civil.
“Señor disculpe, se nos van los clientes y eso es malo para el negocio”, menciona Junior mientras sonríe y se aleja lentamente junto a Edwin en busca de unas monedas que puedan aliviar en algo la necesidad que hay en casa.
Por: Martín Vazallo
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