El documento es una iniciativa conjunta de la comisión diocesana de familia de la diócesis de Chiclayo y del Instituto de Familia.
El obispo peruano de la ciudad de Chiclayo, Jesús Moliné Labarta, entregó hoy al Gobierno y al Congreso peruanos una solicitud con 33.000 firmas para incentivar la defensa de la vida y "evitar la promoción del aborto" en el país andino.
La autoridad eclesial, acompañado por representantes de su diócesis, llevó el documento al presidente Alan García, al titular del Congreso, Luis Alva, y al presidente del Tribunal Constitucional, Juan Vergara, informó la Conferencia Episcopal Peruana.
El documento es una iniciativa conjunta de la comisión diocesana de familia de la diócesis de Chiclayo y del Instituto de Familia, que buscan "promover la defensa de la vida desde la fecundación hasta la muerte natural" y "evitar la legalización del aborto".
En una línea más agresiva, el cardenal peruano y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, no ha dudado en llamar "asesinos" a los promotores de las organizaciones que defienden la legalidad del aborto en este país.
En Perú se practican cada año 371.000 abortos clandestinos, de los cuales 7.000 se realizan por razones de salud pese a que desde 1924 es legal en el país el aborto terapéutico (como se denomina a la terminación del embarazo debido a riesgos en la vida o la salud de la mujer), puesto que no existe un protocolo que lo reglamente.
Diariamente más de mil mujeres abortan, 94 son atendidas por abortos incompletos y dos mueren por complicaciones del embarazo, el parto o el puerperio en Perú, según datos de la ONG feminista Manuela Ramos.
El Estado peruano ha sido demandado ante las Naciones Unidas en dos oportunidades por adolescentes a las que se impidió someterse a un aborto terapéutico y, como consecuencia, sufren lesiones irreversibles.
EFE
La autoridad eclesial, acompañado por representantes de su diócesis, llevó el documento al presidente Alan García, al titular del Congreso, Luis Alva, y al presidente del Tribunal Constitucional, Juan Vergara, informó la Conferencia Episcopal Peruana.
El documento es una iniciativa conjunta de la comisión diocesana de familia de la diócesis de Chiclayo y del Instituto de Familia, que buscan "promover la defensa de la vida desde la fecundación hasta la muerte natural" y "evitar la legalización del aborto".
En una línea más agresiva, el cardenal peruano y arzobispo de Lima, Juan Luis Cipriani, no ha dudado en llamar "asesinos" a los promotores de las organizaciones que defienden la legalidad del aborto en este país.
En Perú se practican cada año 371.000 abortos clandestinos, de los cuales 7.000 se realizan por razones de salud pese a que desde 1924 es legal en el país el aborto terapéutico (como se denomina a la terminación del embarazo debido a riesgos en la vida o la salud de la mujer), puesto que no existe un protocolo que lo reglamente.
Diariamente más de mil mujeres abortan, 94 son atendidas por abortos incompletos y dos mueren por complicaciones del embarazo, el parto o el puerperio en Perú, según datos de la ONG feminista Manuela Ramos.
El Estado peruano ha sido demandado ante las Naciones Unidas en dos oportunidades por adolescentes a las que se impidió someterse a un aborto terapéutico y, como consecuencia, sufren lesiones irreversibles.
EFE
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