La Organización Panamericana de la Salud en Perú saluda que el ministro de Salud, Alberto Tejada, respalde una posible aplicación del impuesto para destinar lo recaudado al tratamiento de las enfermedades que las comidas chatarras producen.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) consideró hoy que "no es descabellada" la idea de aplicar un impuesto a la comida chatarra, a fin de desalentar su consumo y prevenir males como la diabetes, hipertensión y obesidad.
El representante de la OPS en Perú, Fernando Leanes, dijo que en diferentes países de las Américas, como Chile, México y Estados Unidos, el tema ha generado un debate entre autoridades y la sociedad civil, con el objetivo de hacer frente al sobrepeso, y a las diferentes enfermedades que se asocian a este tipo de comida.
“Esto ha venido creciendo desde 1980. La gente come peor y se mueve menos que antes. No podemos hablar de una tendencia mundial en la lucha contra las dietas malsanas, pero se está propiciando un cambio que apunta a una vida sana, a comer sano y a moverse más”, anotó.
Leanes refirió que, si bien cada estado es soberano en sus políticas fiscales y, por lo tanto, puede decidir a qué comida se le pone un impuesto, sería oportuno poner la mirada en los alimentos con alto contenido de grasa saturada, que pueden ser dañinos para a salud.
En ese sentido, saludó que el ministro de Salud, Alberto Tejada, respalde una posible aplicación del impuesto para destinar lo recaudado al tratamiento de las enfermedades que las comidas chatarras producen.
Según opinión de Leanes, así como las grandes cadenas de comida rápida invierten millones de dólares en publicidad, los diferentes estados deberían, por su parte, promover alimentos más sanos, como las frutas y verduras, incluso en las escuelas.
“Hay todo un sistema de publicidad que nos lleva a comer mal y a no movernos. El día de mañana esto será terrible porque los chicos en el futuro padecerán, por ejemplo, de diabetes. Por eso la batalla aún no está ganada”, afirmó el especialista a la Agencia Andina.
Con relación a esta enfermedad, el representante de OPS reveló que en el 2000 los diabéticos en el mundo sumaban 13.3 millones, y que la proyección para el año 2030 es que esa cifra se incremente a 32 millones de personas, debido, entre otras cosas, a las dietas malsanas.
Agregó que esto representaría una carga económica considerable para los distintos países, y sería terrible para la salud de sus poblaciones. “Para ayudar a revertir esto se necesita que toda la sociedad se involucre, y no solo el Ministerio de Salud”, arguyó Leanes.
Las personas que se alimentan mal, no hacen ejercicios, fuman y beben alcohol en exceso, pueden desarrollar cáncer en distintas formas, así como enfermedades cardiovasculares, diabetes y males pulmonares obstructivos (originados por el abuso del cigarrillo), alertó.
En líneas generales, recalcó Leanes, cualquier política fiscal orientada a desanimar el consumo de frituras, grasas trans, gaseosas con gran cantidad de azúcar y jarabes, o alimentos ricos en grasas saturadas, debe ir acompañada de una labor educativa.
“Desde la escuela debe darse una regulación en el tema de los kioscos escolares. Esto no es quitar derechos ni recortar libertades a nadie, sino un beneficio que garantice el derecho de las madres que quieren que sus hijos crezcan sanos”, remarcó.
Semanas atrás, la organización ForoSalud planteó aplicar un impuesto a la comida chatarra, para desalentar el consumo de alimentos que tengan un alto contenido de grasa, sal o exceso de azúcar.
Al respecto, Alberto Tejada dijo estar a favor de esta posible medida y agregó que desde su sector se incentivan hábitos alimenticios sanos y saludables entre la población.
Andina
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