En los días de lluvia el agua ingresa por los muros y techos del hospital. El Minsa asegura que esto cambiará con una inversión de 300 millones de soles.
Medicinas sobre mesas insalubres, baño sucio y mal oliente. Pacientes hacinados en los pasillos. Esta esa realidad del Hospital Regional de Pucallpa, en Ucayali.
“En Sala de Operaciones, los cirujanos tienen problemas para operaciones con instrumentos antiguos ... yo aquí en Emergencia tengo pacientes con tuberculosis, pero están junto con otros pacientes porque no tenemos espacios”, advierte el presidente del Cuerpo Médico del hospital, Richard Quentasi.
En un breve recorrido por el Área de Medicina y el Área de Emergencia encontramos a pacientes sobre camas oxidadas, como soldados después de la guerra en un galpón.
Los servicios higiénicos no son tan higiénicos, de sus techos con huecos se desprende basura y se filtra el agua de lluvia. El sistema de registro de historias es tan pobre y tan ajeno a la tecnología de ciudades modernas.
Los más afectados con este olvido son los pacientes quienes tienen que seguir mirando a Lima como la esperanza de la salvación y el vientre de la modernidad de la medicina.
A pocos kilómetros, encontramos el centro de salud 9 de Octubre, es un hospital construido hace dos años; sin embargo, el agua de lluvia —que convirtió los techos de cemento en pozos— se filtra por los muros.
“Existen chorros de agua que van deteriorando los materiales... hemos reclamado… y han venido a ponerle un parchecito solamente”, indica el exsecretario general del Fenutsa, Cléver Rodríguez.
Hasta esta tierra casi olvidada, llegó la ministra de Salud, Midori de Habich, y prometió que esta triste realidad cambiará con una inversión de 300 millones de soles.
Los 235 médicos y los casi 500 mil habitantes seguramente agradecerán el cumplimiento de esta promesa.
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