RPP Noticias se trasladó, con su enviado especial Jesús Verde, a la ciudad de Talara a fin de conocer, en detalle, la situación por la que atraviesan miles de pobladores de dicha ciudad.
La crisis en toda la región Piura por la falta de agua se agudiza día a día afectando a los pobladores de varios asentamientos humanos que pagan altos precios por el líquido elemento en esta temporada en la que, además, tienen que soportar las altas temperaturas que llegan hasta 40 grados.
La situación crítica en la región se debe al colapso del sistema de desagüe en los distintos asentamientos populosos de Piura la que es agravada por lo limitado del servicio de agua en la zona o, simplemente, por la falta de esta.
Asentamientos humanos como Nuevo Porvenir, Jesús María, Los Olivos y Nuevo Horizonte no cuentan con agua potable desde hace cinco meses mientras que en zonas como Nueva Esperanza, Enrique López Albújar y 18 de mayo la escasez de líquido vital acarrea una situación más dramática.
La desesperación se apodera de los pobladores de la región quienes pagan un sol por cinco latas de agua o se ven obligados a hacer conexiones caseras para obtener el líquido elemento.
En la ciudad de Talara, donde desde hace 35 días no se cuenta con agua, los afectados llegarían a 140 mil a los que, en el colmo del descuido, les siguen llegando los recibos por el servicio potable.
La consejera regional de Piura, Mónica Juárez, reconoció que actualmente solo se distribuye el agua a la población con camiones cisternas y es necesaria un inversión de 300 millones para solucionar el problema.
“El problema va desde el sistema de tuberías que abastece de agua a Talara. Entre las alternativas de solución a este problema integral se está promoviendo ante inversionistas privados la construcción de una planta desalinizadora", expresó Juárez a RPP.
El agua, recurso indispensable para la vida, no es un privilegio en la región Piura. Colas inmensas se forman al empezar el día en los diferentes asentamientos humanos para conseguir llenar apenas un balde y poder preparar sus alimentos.
Los pobladores soportan altas temperaturas y lo peor es que se encuentran vulnerables a diferentes enfermedades.
Ni los hospitales se abastecen de agua ya que solo cuentan con limitados bidones para mantener la salubridad y atender a todos los niños que ingresan por problemas diarreicos.