Josafat Vargas Vitorino fue condenado por violar y posteriormente asesinar con crueldad a una menor de nueve años de edad, en marzo del año pasado, en La Victoria.
La Cuarta Sala Penal para Procesos con Reos en Cárcel de la Corte de Lima condenó a cadena perpetua a Josafat Vargas Vitorino (33 años) por violar y posteriormente asesinar con crueldad a una menor de nueve años de edad, en marzo del año pasado, en la urbanización Manzanilla, La Victoria.
La resolución fue dictada por unanimidad por el tribunal que conforman Martha Vargas Gonzáles, Mariela Rodríguez Vega y Mercedes Gómez Marchisio, por delitos de homicidio calificado y violación de menor de edad.
El colegiado, además, dispuso que el homicida pague una reparación civil de 100 mil nuevos soles y sea sometido a tratamiento psicoterapéutico de conformidad con lo estipulado en el artículo 178-A del Código Penal.
Al escuchar la sentencia, Vargas Vitorino reaccionó enérgicamente, manifestando su disconformidad con la pena y, tras afirmar que nunca violó a la menor de edad, dijo que no apelará la sentencia "porque le daba igual".
Su abogado, empero, manifestó que se reserva el derecho de impugnación.
Desde marzo del año pasado el homicida se encuentra recluido en el penal de Lurigancho, luego de entregarse a la policía y confesar que le quitó la vida a la menor agraviada.
Durante el desarrollo del juicio, el sentenciado insistió que la muerte de la niña fue casual y que su reacción violenta responde a que ésta, al tocar la puerta de su domicilio con persistencia, le hizo perder un juego computarizado en el que estaba a punto de ganar una gran suma de dinero, la tarde del 26 de marzo del año 2008.
Los informes periciales dan cuenta que Vargas Vitorino golpeó a la menor, la ultrajó sexualmente y posteriormente la asesinó.
La acusación fiscal, anota que a fin de desaparecer las evidencias del crimen y evadir su responsabilidad penal, introdujo a la niña en una maleta para abandonar el cuerpo en algún lugar.
Sin embargo, permaneció con el cadáver hasta las 10:30 horas del día siguiente, cuando decide entregarse a la policía.
Este hecho, se recuerda, conmocionó a los vecinos de la urbanización Manzanilla quienes atacaron a pedradas el domicilio del ahora sentenciado a cadena perpetua, destruyendo las lunas de las ventanas y parte del mobiliario. (Andina)
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