El 12 de junio se conmemora el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, fecha instituida por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en 2002. Su objetivo es generar conciencia sobre este problema social que vulnera los derechos humanos de millones de niños y adolescentes en el mundo, incluido nuestro país. Esta problemática, presente en toda América Latina, se expandió aún más a consecuencia del empobrecimiento y el deterioro socioeconómico causados por la pandemia.
Según la Encuesta Nacional de Hogares (ENAHO) de 2022, el 9.8 % de niños y adolescentes de 5 a 17 años, es decir, unos 760 mil menores, se encuentran en situación de trabajo infantil. Las autoridades han manifestado que trabajan para erradicar esta práctica; sin embargo, la tarea es compleja.
La precaria economía de muchos hogares depende del aporte de los menores, situación que a menudo les impide completar sus estudios. Ricardo Valdés, director ejecutivo de la organización Capital Humano y Social CHS Alternativo, señaló que no existen estudios oficiales más recientes, pero se estima que la cifra de menores de edad en trabajo infantil se incrementó durante la pandemia.
"La OIT y la UNICEF hicieron una investigación a nivel mundial y allí encontraron que la cifra de niños y niñas involucradas en trabajo infantil alcanzó los 160 millones durante la pandemia, lo que representó un incremento de 8, 4 millones en los 4 años previos con respecto a los otros 4", señaló a RPP.
Cifras
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) define el trabajo infantil como la incorporación temprana de menores al mercado laboral o la adopcion de responsabilidades y tareas excesivas. En 2020, esta organización estimó que en el mundo existían 160 millones de niños víctimas de esta situación, de los cuales 79 millones vinculados a trabajos peligrosos, y que los niños de 5 a 11 años representaban la mayor proporción de menores afectados.
Mónica Muñoz Najar, economista de la Red de Estudios para el Desarrollo (REDES), precisó que un problema adicional causado por el trabajo infantil es la interrupción del acceso de los niños a la educación, lo que a su vez reduce sus posibilidades de desarrollo.
"Hay diferentes estudios a nivel internacional que muestran cómo un niño mientras más antes, digamos, empieza a trabajar, le va a ir peor en el futuro, va a tener menos ingresos, puede caer en la trampa de la pobreza y, en general, para el país se genera un problema de productividad, porque tenemos a trabajadores, a niños, a personas, a ciudadanos que no se van a desarrollar completamente", aseguró.
El Código del Niño y Adolescente, normativa que protege y garantiza los derechos de los menores en el país, establece que ellos solo pueden trabajar a partir de los 14 años. Excepcionalmente, se permite el trabajo desde los 12 años, siempre que las labores no perjudiquen su salud o desarrollo, ni interfieran o limiten su asistencia escolar. La edad mínima se incrementa a los 15 años para trabajos agrícolas no industriales, a los 16 años para labores industriales, comerciales o mineras, y a los 17 años para la pesca industrial.
A pesar de las prohibiciones, algunos menores son forzados a trabajar en actividades como la minería ilegal. Un ejemplo de ello se registró en junio de 2024 cuando, durante una intervención en Aguaytía, la Fiscalía Especializada en Materia Ambiental de Ucayali halló a niños y adolescentes de entre 7 y 15 años laborando en dragas de extracción de oro. El empleo de menores en trabajo forzoso para actividades mineras conlleva una pena máxima de 10 años de cárcel.
Factores
Ricardo Valdés, de CHS Alternativo, señaló que, históricamente, la agricultura, la pesca y el trabajo doméstico han concentrado el trabajo infantil en el Perú. Además, destacó que se ha registrado un aumento de niños y niñas laborando en la minería ilegal.
"Informaciones que recibimos desde las oficinas nuestras en Madre de Dios, Puno y Cusco nos generan indicios razonables de que esto sí ocurre, sobre todo en la época de vacaciones escolares. De alguna manera, también hemos encontrado una incidencia bastante grande de niñas y adolescentes víctimas de trata de personas, siendo menores de edad, que han estado asociados también a la minería ilegal", explicó.
En 2024, la Superintendencia Nacional de Fiscalización Laboral (SUNAFIL) realizó 216 mil acciones de prevención a nivel nacional en materia de trabajo infantil y forzoso. Por su parte, el Ministerio de Trabajo invoca a la población a denunciar los casos de trabajo infantil a la Línea 1819 del sector.
El trabajo infantil sigue siendo una herida abierta en la región y en nuestro país, alimentada por la pobreza, la informalidad y la falta de oportunidades. A pesar de los esfuerzos institucionales y las normativas vigentes, miles de niños y adolescentes en el Perú continúan atrapados en labores que comprometen su salud, educación y futuro.
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