Pese al malestar por la altura, jóvenes ayudan a cargar arena y piedra desde la parte alta del pueblo, afectado por el desborde del río Urubamba.
Cerca de medio centenar de turistas de diversas nacionalidades varados por las lluvias torrenciales en el pueblo peruano de Machu Picchu se unieron hoy a las tareas en este pueblo para construir un muro que ayude a contener el desborde del río Urubamba.
"Hay como unos 50 turistas que están ayudando", dijo a Efe Jan David Hauck, un joven alemán afincando en Brasil.
A pesar de que Machu Picchu, en las faldas de la montaña donde se yergue la ciudadela prehispánica del mismo nombre, está a unos 2.400 metros sobre el nivel del mar, casi unos 1.000 menos que Cuzco, aún se sienten los estragos de la altura, sobre todo cuando se va cuesta arriba.
Pero el malestar (falta de respiración, cansancio y hasta intensos dolores de cabeza) no detiene a los jóvenes turistas de cargar arena y piedra desde la parte alta del pueblo, por donde pasa un riachuelo que con las lluvias ha arrastrado este material, a la parte baja del mismo, afectado por el desborde del río Urubamba, constató Efe.
Y es que, "en vez de estar peleándose por un cupo (para ser evacuados), mejor es hacer algo", afirmó Hauck, al relatar que "hay un montón de gente que está ayudando a llevar cosas".
Varios turistas, entre ellos argentinos y brasileños, ayudan a organizar a la gente que busca abordar los helicópteros que desde el lunes han comenzado a trasladar a las personas varadas en Machu Picchu hacia Cuzco.
Otros extranjeros apoyan en las tareas logísticas a las autoridades locales, comentó el joven alemán, quien confía en que para el fin se semana se termine con la evacuación de los turistas varados en Machu Picchu, cuya vía férrea, única vía de acceso, ha sido inundada por el Urubamba.
-EFE
"Hay como unos 50 turistas que están ayudando", dijo a Efe Jan David Hauck, un joven alemán afincando en Brasil.
A pesar de que Machu Picchu, en las faldas de la montaña donde se yergue la ciudadela prehispánica del mismo nombre, está a unos 2.400 metros sobre el nivel del mar, casi unos 1.000 menos que Cuzco, aún se sienten los estragos de la altura, sobre todo cuando se va cuesta arriba.
Pero el malestar (falta de respiración, cansancio y hasta intensos dolores de cabeza) no detiene a los jóvenes turistas de cargar arena y piedra desde la parte alta del pueblo, por donde pasa un riachuelo que con las lluvias ha arrastrado este material, a la parte baja del mismo, afectado por el desborde del río Urubamba, constató Efe.
Y es que, "en vez de estar peleándose por un cupo (para ser evacuados), mejor es hacer algo", afirmó Hauck, al relatar que "hay un montón de gente que está ayudando a llevar cosas".
Varios turistas, entre ellos argentinos y brasileños, ayudan a organizar a la gente que busca abordar los helicópteros que desde el lunes han comenzado a trasladar a las personas varadas en Machu Picchu hacia Cuzco.
Otros extranjeros apoyan en las tareas logísticas a las autoridades locales, comentó el joven alemán, quien confía en que para el fin se semana se termine con la evacuación de los turistas varados en Machu Picchu, cuya vía férrea, única vía de acceso, ha sido inundada por el Urubamba.
-EFE
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